Tiene oído de lobo, dientes de lobo... pero es un perro
El perro viene del lobo.
Es decir, los antepasados de todos los perros fueron, en algún momento, lobos.
Como narra la recientemente estrenada película Alpha (2018), hace miles de años (entre19.000 y 32.000 según las últimas investigaciones), algunos lobos
experimentaron un proceso de domesticación que fue cambiándolos hasta
convertirlos en los perros actuales. Pero, ¿hasta qué punto son diferentes un
perro y un lobo? ¿Dirías que son especies distintas?
La especie es
la unidad básica de clasificación biológica. Si
fueras a clasificar todos los animales que conoces en grupos claramente
diferenciables, lo primero que harías sería agrupar a los que, por su aspecto,
se parecen. Esto es una clasificación morfológica. A veces, puede resultar muy
fácil encontrar características similares que diferencien unos cuantos
individuos de otros. Por ejemplo, ¿cómo agruparías estos animales?
Seguramente
habrás pensado que el perro y el lobo son parecidos entre sí y diferentes del
gato. Lo más lógico sería hacer una Especie
1 que incluyera al lobo y al perro husky, que tienen muchas similitudes
(tamaño, forma del cráneo, color del pelaje…) y otra Especie 2 que incluyera solo al gato, que es muy diferente para
todas las características anteriores.
Sin embargo,
en ocasiones los límites son más difusos. ¿Cómo agruparías en especies los
siguientes animales?
Podrías
agrupar al lobo y el perro bóxer, que son grandes, y apartar al carlino, que es
pequeño.
También
podrías agrupar al bóxer con el carlino por la forma de su hocico y separar al
lobo.
Incluso
podrías considerar que cada uno tiene una combinación particular de tamaño y
forma del hocico y separarlos en tres especies diferentes.
Por otra
parte, como los tres comparten algunas similitudes (estructura ósea, dentadura,
olfato, comportamiento…) podrías agrupar a los tres en una misma especie.
¿A qué
característica darías prioridad?
Como ves, la
clasificación morfológica puede ser imprecisa y subjetiva. Por ejemplo, el
aspecto de animales de una misma especie puede variar mucho en función del
género, como sucede con el macho y la hembra del pavo (Meleagris gallopavo) o la edad, como sucede entre las crías y los adultos del pingüino rey (Aptenodytes patagonicus).
Por otra parte, especies que no tienen ninguna relación de parentesco pueden presentar características parecidas, como sucede con los pangolines (orden Pholidota) y los armadillos (familia Dasypodidae).
Por eso, actualmente se define una especie
como un conjunto de poblaciones cuyos individuos pueden cruzarse entre sí y dar
lugar a descendencia fértil. Esta definición es bastante útil y completa porque
el hecho de que un conjunto de individuos pueda reproducirse exitosamente
implica que su genética y su fisiología son muy similares y que, por tanto, han
estado sujetos a las mismas condiciones ecológicas y procesos evolutivos
durante mucho tiempo. Además, es relativamente fácil de comprobar mediante
observación, sin necesidad de un análisis genético detallado. Esta es la
definición más utilizada actualmente, especialmente en zoología.
Como sabemos
que los perros y los lobos son capaces de cruzarse y producir perro-lobos que
son fértiles podemos concluir que, a pesar de sus diferencias, son una misma especie. De hecho, la figura del perro-lobo es bastante popular en la literatura y el cine, como los memorables Colmillo Blanco (novela de 1906; en la imagen, un fotograma de la adaptación cinematográfica de 1991), o Balto (película de 1995).
Sin embargo,
como estos cruzamientos no ocurren de manera habitual y las diferencias entre
lobos y perros son notables, el perro se considera una subespecie (Canis lupus familiaris) del lobo (Canis lupus) y se separa además en
numerosas razas.
Aun así,
nuestra clasificación se enfrenta a algunas limitaciones. Si bien un lobo y un
perro (como por ejemplo un husky o un pastor alemán) pueden dar lugar a un
perro-lobo, probablemente un lobo no pueda reproducirse con un perro pequeño
(como un chihuahua) por restricciones de tamaño.
La realidad
es que los seres vivos no son unidades inmutables y a menudo nos encontramos
con todo un gradiente entre lo que consideramos una especie y lo que
consideramos otra. En cualquier caso, la definición que hemos utilizado es la
que a día de hoy se considera más útil y nos permite entender cómo funcionan
los procesos biológicos.
¡Seguramente no vuelvas a mirar a tu perro con los
mismos ojos!
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Fuentes de las imágenes:
Shutterstock: pangolin
Rotten tomatoes: Comillo Blanco
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