lunes, 8 de octubre de 2018

La simbiosis y las interacciones biológicas


Amistades venenosas



El personaje Venom, que acaba de estrenar nueva película, es uno de los enemigos más célebres de Spiderman. Venom apareció inicialmente como una forma de vida extraterrestre con el aspecto de una masa negra. Esta criatura, en principio, era inofensiva hasta que se unió a Spiderman y, combinándose con sus habilidades, adquirió un tremendo poder. Posteriormente, la criatura desató ese poder contra el famoso superhéroe utilizando a otros personajes como el periodista Eddie Brock, que fue quien lo bautizó como Veneno. El modo de actuar de Venom es fusionarse con las personas hasta el punto de llegar a influir o controlar sus acciones (normalmente, utilizando el pretexto de que ambos quieren destruir a Spiderman), adoptando un modo de vida simbionte. Sin embargo, ¿es correcto asumir que esta fusión beneficia a los dos implicados? ¿O habría que considerar a Venom más bien como un parásito? ¿Qué es cada cosa y dónde está el límite? Hablamos de ello en la entrada de hoy.


Interacciones entre organismos
Los organismos y las especies no viven aislados, sino que se relacionan unos con otros. Al relacionarse con otros, un organismo puede ser beneficiado, perjudicado, o ninguna de ambas cosas. Es decir, para clasificar la relación entre dos especies pueden ocurrir un total de 6 casos:


Se denomina simbiosis (que significa, aproximadamente, “vida en conjunto”) a una convivencia estrecha entre dos o más organismos que perdura en el tiempo. Normalmente, al hablar de simbiosis nos referimos a una situación en la que ambos organismos salen beneficiados (como en el famoso caso de la anémona y el pez payaso), pero técnicamente el término simbiosis puede englobar muchos otros tipos de relaciones.



El mutualismo
Se denomina mutualismo a la interacción biológica en la que ambas especies obtienen un beneficio.


A este respecto, quizá la estampa más típica sea la de los pájaros que se posan sobre los rinocerontes y otros grandes mamíferos. Estas aves, llamadas picabueyes (Buphagus africanus), se alimentan de los pequeños bichos que suelen encontrarse adheridos a la piel de estos animales. Los picabueyes obtienen comida a la vez que limpian de parásitos a los rinocerontes.


Aunque esto podría pasar por una simple curiosidad, en otros casos el mutualismo entre dos organismos puede llegar a ser tan intenso que las especies dependan de esta relación para alguna necesidad básica (mutualismo obligado). Por ejemplo, las plantas con flor (angiospermas) suelen depender de los animales, frecuentemente insectos, para la polinización y, por tanto, la reproducción. La planta “ofrece” alimento (en forma de polen y/o néctar) al insecto, que al tomarlo queda impregnado de polen, que transporta a otra flor al ir a alimentarse de ella también. Algunas de estas relaciones están tan especializadas que la planta solo puede ser polinizada por un animal específico, que a su vez solo puede alimentarse de esa planta particular. Es el típico caso de los picos alargados de los colibríes y las lenguas de las mariposas.


Existen casos todavía más extremos, en los que los organismos no pueden sobrevivir el uno sin el otro. Es lo que les sucede a los líquenes, que son la unión inseparable de un alga y un hongo. El alga, muy sensible a la desecación, “disfruta” de la protección del hongo mientras que este “se aprovecha” del alimento que genera el alga. La relación entre ambos organismos es tan íntima que tradicionalmente se ha considerado a los líquenes como un grupo biológico independiente.


Venom podría mantener una relación mutualista con los humanos con los que se fusiona similar a la de los rinocerontes y los picabueyes. Venom solo puede desatar su poder en contacto con un humano, y este obtiene la capacidad de utilizar ese poder también en su propio beneficio. Pero, si en realidad Venom utiliza su capacidad de lucha para sus propios intereses suprimiendo la voluntad del ser humano con el que se encuentra fusionado, tendremos que hablar de otro tipo de interacción: el parasitismo.

El parasitismo
El parasitismo es un tipo de interacción en el que uno de los organismos implicados obtiene un beneficio (huésped) y el otro resulta perjudicado (hospedador):



Las interacciones positivo/negativo también engloban otras relaciones como la depredación o la herbivoría. Como ocurre con el mutualismo, pueden existir varios grados de parasitismo. Algunos parásitos dependen del hospedador solo en determinados momentos de su vida (como los cucos, que ponen sus huevos en los nidos de otros pájaros) o para suplir alguna necesidad (como los mosquitos, que se alimentan de sangre de otros organismos pero no viven en ellos constantemente).


Sin embargo, otros parásitos están tan especializados en su hospedador que no pueden sobrevivir sin él. Por ejemplo, los parásitos intestinales como la tenia o solitaria desarrollan la mayor parte de su vida dentro de su hospedador y carecen de órganos relacionados con los recursos que le proporciona dicho hospedador. En este caso, la tenia carece de órganos digestivos ya que toma el alimento de lo que ya ha digerido su hospedador.


Desde esta perspectiva, Venom podría ser un parásito si consideramos que utiliza el cuerpo de los humanos a los que se une solo como un medio para desatar sus súperpoderes, sin tener en cuenta los deseos de los humanos.

Todo depende
Como suele ocurrir en biología, la mayoría de interacciones biológicas no son constantes sino que pueden variar en función de las circunstancias. A veces, dependiendo de la abundancia de recursos, el mutualismo puede convertirse en parasitismo y viceversa. Por ejemplo, igual que sucede con el rinoceronte y los picabueyes, existen algunos peces pequeños, a veces llamados “limpiadores”, que se alimentan de los pequeños bichillos que viven en la piel de los peces grandes, en un claro caso de mutualismo. Sin embargo, cuando los peces grandes están “muy limpios” (tienen pocos parásitos en la piel), los peces limpiadores se comen la piel de los peces grandes, convirtiéndose en parásitos.

El pequeño pez limpiador de la imagen es Labroides dimidiatus, más información en este artículo (Nature, 1999).

Podemos concluir que es esta situación cambiante la que sucede con el simbionte Venom. Cuando Venom se fusiona con alguien y ambos controlan sus acciones más o menos al cincuenta por ciento, sería una relación mutualista en la que los dos obtienen un beneficio. Sin embargo, cuando Venom se impone y controla por completo las acciones del cuerpo humano al que se encuentra unido, actúa como un parásito. Teóricamente, podría también darse la situación contraria, en la que la persona controlase por completo a Venom y utilizase sus súper poderes sin tener en cuenta al alienígena. ¿Sería entonces el humano un parásito de Venom?



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Enlaces a las fuentes de las imágenes:
Aquanovel: peces limpiadores

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