Amistades
venenosas
El personaje Venom, que acaba de estrenar nueva
película, es uno de los enemigos más célebres de Spiderman. Venom apareció inicialmente como una
forma de vida extraterrestre con el aspecto de una masa negra. Esta criatura,
en principio, era inofensiva hasta que se unió a Spiderman y, combinándose con
sus habilidades, adquirió un tremendo poder. Posteriormente, la criatura desató
ese poder contra el famoso superhéroe utilizando a otros personajes como el
periodista Eddie Brock, que fue quien lo bautizó como Veneno. El modo de actuar de Venom
es fusionarse con las personas hasta el punto de llegar a influir o
controlar sus acciones (normalmente, utilizando el pretexto de que ambos
quieren destruir a Spiderman), adoptando un modo de vida simbionte. Sin
embargo, ¿es correcto asumir que esta fusión beneficia a los dos implicados? ¿O
habría que considerar a Venom más
bien como un parásito? ¿Qué es cada cosa y dónde está el límite? Hablamos de
ello en la entrada de hoy.
Interacciones entre
organismos
Los
organismos y las especies no viven aislados, sino que se relacionan unos con
otros. Al relacionarse con otros, un organismo puede ser beneficiado,
perjudicado, o ninguna de ambas cosas. Es decir, para clasificar la relación
entre dos especies pueden ocurrir un total de 6 casos:
El mutualismo
Se denomina
mutualismo a la interacción biológica en la que ambas especies obtienen un beneficio.
A este
respecto, quizá la estampa más típica sea la de los pájaros que se posan sobre
los rinocerontes y otros grandes mamíferos. Estas aves, llamadas picabueyes (Buphagus africanus), se
alimentan de los pequeños bichos que suelen encontrarse adheridos a la piel de
estos animales. Los picabueyes obtienen comida a la vez que limpian de parásitos a los
rinocerontes.
Aunque esto
podría pasar por una simple curiosidad, en otros casos el mutualismo entre dos
organismos puede llegar a ser tan intenso que las especies dependan de esta
relación para alguna necesidad básica (mutualismo obligado). Por ejemplo, las plantas con flor
(angiospermas) suelen depender de los animales, frecuentemente insectos, para
la polinización y, por tanto, la reproducción. La planta “ofrece” alimento (en
forma de polen y/o néctar) al insecto, que al tomarlo queda impregnado de polen,
que transporta a otra flor al ir a alimentarse de ella también. Algunas de
estas relaciones están tan especializadas que la planta solo puede ser
polinizada por un animal específico, que a su vez solo puede alimentarse de esa
planta particular. Es el típico caso de los picos alargados de los colibríes y
las lenguas de las mariposas.
Existen casos
todavía más extremos, en los que los organismos no pueden sobrevivir el uno sin
el otro. Es lo que les sucede a los líquenes, que son la unión inseparable de
un alga y un hongo. El alga, muy sensible a la desecación, “disfruta” de la
protección del hongo mientras que este “se aprovecha” del alimento que genera
el alga. La relación entre ambos organismos es tan íntima que tradicionalmente
se ha considerado a los líquenes como un grupo biológico independiente.
Venom podría mantener una relación
mutualista con los humanos con los que se fusiona similar a la de los rinocerontes
y los picabueyes. Venom solo puede
desatar su poder en contacto con un humano, y este obtiene la capacidad de
utilizar ese poder también en su propio beneficio. Pero, si en realidad Venom utiliza su capacidad de lucha para
sus propios intereses suprimiendo la voluntad del ser humano con el que se
encuentra fusionado, tendremos que hablar de otro tipo de interacción: el
parasitismo.
El parasitismo
El
parasitismo es un tipo de interacción en el que uno de los organismos
implicados obtiene un beneficio (huésped) y el otro resulta perjudicado
(hospedador):
Las
interacciones positivo/negativo también engloban otras relaciones como la
depredación o la herbivoría. Como ocurre con el mutualismo, pueden existir
varios grados de parasitismo. Algunos parásitos dependen del hospedador solo en
determinados momentos de su vida (como los cucos, que ponen sus huevos en los
nidos de otros pájaros) o para suplir alguna necesidad (como los mosquitos, que
se alimentan de sangre de otros organismos pero no viven en ellos
constantemente).
Sin embargo,
otros parásitos están tan especializados en su hospedador que no pueden
sobrevivir sin él. Por ejemplo, los parásitos intestinales como la tenia o
solitaria desarrollan la mayor parte de su vida dentro de su hospedador y
carecen de órganos relacionados con los recursos que le proporciona dicho
hospedador. En este caso, la tenia carece de órganos digestivos ya que toma el
alimento de lo que ya ha digerido su hospedador.
Desde esta
perspectiva, Venom podría ser un
parásito si consideramos que utiliza el cuerpo de los humanos a los que se une
solo como un medio para desatar sus súperpoderes, sin tener en cuenta los
deseos de los humanos.
Todo depende
Como suele
ocurrir en biología, la mayoría de interacciones biológicas no son constantes
sino que pueden variar en función de las circunstancias. A veces, dependiendo
de la abundancia de recursos, el mutualismo puede convertirse en parasitismo y
viceversa. Por ejemplo, igual que sucede con el rinoceronte y los picabueyes,
existen algunos peces pequeños, a veces llamados “limpiadores”, que se
alimentan de los pequeños bichillos que viven en la piel de los peces grandes,
en un claro caso de mutualismo. Sin embargo, cuando los peces grandes están “muy
limpios” (tienen pocos parásitos en la piel), los peces limpiadores se comen la
piel de los peces grandes, convirtiéndose en parásitos.
El pequeño pez limpiador de la imagen es Labroides dimidiatus, más información en este artículo (Nature, 1999).
Podemos
concluir que es esta situación cambiante la que sucede con el simbionte Venom. Cuando Venom se
fusiona con alguien y ambos controlan sus acciones más o menos al cincuenta por
ciento, sería una relación mutualista en la que los dos obtienen un beneficio.
Sin embargo, cuando Venom se impone y
controla por completo las acciones del cuerpo humano al que se encuentra unido,
actúa como un parásito. Teóricamente, podría también darse la situación
contraria, en la que la persona controlase por completo a Venom y utilizase sus súper poderes sin tener en cuenta al alienígena.
¿Sería entonces el humano un parásito de Venom?
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@biolonita
Enlaces a las fuentes de las imágenes:
Aquanovel: peces limpiadores
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