Asustar al
miedo
Todos tenemos
miedo de vez en cuando, incluso los superhéroes como yo. De hecho, soy una
auténtica cobarde cuando se trata de películas de terror. Y si además hablamos
de una criatura que adopta la forma de tus peores miedos, cual boggart en
el mundo de Harry Potter, con el objetivo de devorarte… Definitivamente no voy
a ir al cine a ver la segunda parte de It (Eso), la nueva
adaptación de la novela homónima de Stephen King, pero se trata de una buena
ocasión para hablar de un curioso fenómeno de la naturaleza relacionado con el
miedo. Resulta que algunas especies han aprendido que a veces la mejor defensa
es un buen ataque y se dedican a asustar a sus depredadores. O, al menos, a
lanzarles señales advirtiendo que algo malo puede ocurrirles si no les dejan en
paz. ¿Tienes el valor suficiente para saber cómo lo hacen? Acércate y quizá te
regale un globo…
Y todos me miran, me miran,
me miran…
Si tu intención
es evitar el ataque de un potencial depredador, esconderse parece la opción más
lógica. De hecho, muchas especies presentan mecanismos de cripsis, es decir, un
aspecto similar al de su entorno que hace difícil detectarlos. Como ya
comentamos en la entrada sobre los skrulls de la película Capitana Marvel,
algunos animales son auténticos maestros del disfraz que pueden confundirse con
el ambiente para eludir a sus depredadores o acechar a sus presas. Los hay
incluso capaces de cambiar su aspecto según la época del año o de adoptar la
forma de otras criaturas animales en cuestión de segundos.
Los caballitos de mar tienen un aspecto similar a los corales del fondo marino para no ser detectados por sus depredadores, mientras que los leopardos se confunden con la maleza de árboles, ramas y hojas para no ser vistos por sus presas.
Algunos pulpos pueden cambiar de forma y aspecto para confundirse con otros animales u objetos.
Por el
contrario, otras especies optan por una estrategia radicalmente opuesta: llamar
la atención todo lo posible. Se trata de criaturas que resultan, en cierta
medida, dañinas para el depredador si este las consume. Pueden ser tóxicas o tener
un mal sabor. Además, suelen presentar un aspecto chocante, con colores
intensos y de gran contraste. Rojos, amarillos, negro sobre blanco… Se trata de
un “cartel luminoso” para advertir al depredador que no debe atacarlas.
Las ranas punta de flecha son un grupo de casi 200 especies particularmente venenosas con colores particularmente llamativos que viven en las selvas de Centroamérica y Sudamérica.
Este fenómeno
se conoce como aposematismo (del griego apo, “lejos”; y sema,
“signo” o “señal”), y se basa en la asociación de ciertas señales con la idea
de peligro. Es decir, esta estrategia consiste en generar una alarma en el
depredador para defenderse de él. En el caso de It, sin embargo, nos
encontramos ante un depredador que intenta utilizar el miedo contra sus presas;
quienes, por supuesto, sienten la necesidad de salir corriendo en vez de
acercarse a esta malvada criatura. Yo diría que no es un plan muy efectivo.
Seamos sinceros... esa víctima potencial lo que quiere es salir corriendo, no acercarse al payaso.
Ven si te atreves
¿Por qué estos
animales disfrutan siendo el centro de atención? ¿No les basta con ser
venenosos? Y, ¿cómo es que su depredador sabe reconocerlos? Imaginemos una
población de pájaros a los que les gustan las mariposas. Un día, llegan a una
pradera llena de mariposas y empiezan a comérselas tan contentos. Sin embargo,
hay una mariposa que los pájaros nunca habían visto y resulta que es venenosa.
Cada vez que un pájaro se come una de estas mariposas, le duele el estómago y
se siente fatal. Por tanto, los pájaros intentarán aprender a reconocer estas
mariposas para evitarlas.
La mariposa monarca (Danaus plexippus) es uno de los ejemplos típicos de aposematismo.
Cuanto más
fáciles de reconocer sean las mariposas, antes aprenderán los pájaros a
identificarlas y dejarán de comerlas. Por lo tanto, para las mariposas lo mejor
es ser lo más reconocibles posibles para que los depredadores solo necesiten
consumir unas cuantas para aprender lo peligrosas que son. Esto se consigue con
colores intensos y con patrones de colores que contrasten entre sí y se vean de
manera rápida, incluso a gran distancia.
Los pájaros necesitarán consumir muchas mariposas negras (tachadas con cruces) antes de aprender a reconocerlas porque son difíciles de ver e identificar. Si las mariposas tienen un color brillante y atractivo, el aprendizaje será más rápido.
Además, el
aposematismo es más común en animales que forman grupos porque, al haber más
individuos, aumentan las posibilidades de que el depredador se encuentre con
ellos y aprenda a evitarlos.
Si el grupo de mariposas es grande, los pájaros encontrarán muchas enseguida y necesitarán poco tiempo para aprender que esa presa es tóxica. Si la población de mariposas es pequeña, el proceso se prolongará.
Del mismo modo,
si varias especies tienen los mismos colores, los depredadores aprenderán aún
más rápido que patrones deben evitar y menos individuos de cada especie serán
devorados durante el aprendizaje.
Cuando varias especies presentan los colores naranjas y negros, durante su aprendizaje los pájaros no solo comerán mariposas, sino también otros insectos, y por tanto la pérdida relativa para cada especie será pequeña.
La velocidad de
aprendizaje también aumenta si existen varios estímulos. Es decir, además del
color es útil que el animal tenga un olor particular (como la mofeta) o haga un
ruido concreto. De ese modo, el depredador tiene mucha más información
disponible para identificar a esta especie y saber que es una presa no
deseable.
Al menos, en
este aspecto, It cuenta con la ventaja de ser una única criatura que
aparece cada 27 años en un pueblo concreto y devora a unos pocos habitantes. Es
decir, no da muchas oportunidades a sus víctimas para que aprendan cosas sobre
él y de ese modo es difícil que se defiendan contra sus artimañas.
Una rosa con espinas
Como suele
suceder en temas de biología, los animales presentan los ejemplos más evidentes
a nuestros ojos, pero hay mucho más allá. Durante los últimos veinte años se
han encontrado numerosos casos de aposematismo en plantas que son igual de
sorprendentes. El ejemplo más estudiado es el de las plantas con espinas, que
son de por sí una defensa física importante contra los herbívoros.
Sin embargo,
parece que esto no basta y es común que las espinas presenten un intenso color
rojo que las destaca sobre el follaje verde de la planta. Esta coloración se encuentra
en muchas especies que no tienen nada que ver las unas con las otras y se
piensa que, igual que hemos explicado para los animales, esta generalización
ayuda a que los depredadores aprendan rápido que no deben acercarse.
Los cactus (arriba) y las rosas (abajo) pertenecen a linajes que han evolucionado espinas de manera independiente y cuyo color no parece tener importancia desde el punto de vista fisiológico, es decir, de las necesidades vitales de la planta. Sin embargo, ambos son de un rojo más o menos intenso.
Además,
recientemente se ha averiguado que muchas de estas espinas albergan altas
concentraciones de microbios, capaces de causar importantes infecciones si un
animal se araña con una de ellas. Esto sería una “señal” adicional para que el
depredador tienda a evitar estas plantas.
Haciendo el payaso
Igual que
ocurre con el aposematismo, It utiliza una señal que advierte de lo
peligroso que es. Es lo que se llama una “señal honesta”. Sin embargo, al ser
un depredador, asustar a sus presas puede no ser la mejor de las estrategias.
En mi opinión, sería mucho más eficiente (y terrorífico) atraerlas con algo
aparentemente maravilloso y, una vez a la distancia adecuada, devorarlas. Algo
parecido a lo que sucede en la película Coraline (basada en la novela homónima), donde la
protagonista entra en una dimensión paralela en la que existe una versión
mejorada de su vida pero algo siniestro se esconde bajo la apariencia perfecta.
En conclusión, cuando una especie establece una relación con otra suele
desarrollar una estrategia que le sea beneficiosa utilizando todos los medios a
su alcance, incluido el miedo… ¡especialmente si de ello depende comer o ser
comido!
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Un poco de bibliografía sobre el aposematismo:
- Puedes ver conceptos generales y fotos chulas en la web Mis animales
- Hay una extensa bibliografía sobre el tema, incluyendo varios libros de texto. Un buen ejemplo es esta búsqueda de Sciencedirect (en inglés).
- El artículo: Despland, M. and Simpson, S. J. (2005) Surviving the change to warning colouration: density dependent polyphenism suggests a route for the evolution of aposematism. Chemoecology. (en inglés) evalúa la importancia del comportamiento gregario favoreciendo la aparición del aposematismo.
- En el libro Plant-environment interactions (en inglés, publicado por F. Baluška en 2009, editorial Springer) hay un apartado que aborda en profundidad lo que se sabe hasta ahora de aposematismo en plantas, que sinceramente me parece un tema fascinante.
- El artículo: Lev-Yadun, S. (2001) Aposematic (warning) Coloration Associated with Thorns in Higher Plants. J. theor. Biol. (en inglés) es un ejemplo de cómo empezó a relacionarse el color rojo en las espinas con el mecanismo de aposematismo.
- El artículo: Halpern, M. et al. (2011) Biological warfare of the spiny plant: introducing pathogenic microorganisms into herbivore's tissues. Advances in applied microbiology. (en inglés) es un ejemplo de la relación entre las plantas con espinas y las altas concentraciones de patógenos.
Fuentes de las imágenes:
Sensacine: póster It (2017), póster It: Capítulo 2 (2019), Pennywise acechando a una víctima, Pennywise acechando en la alcantarilla, Pennywise con un globo
Pixabay: caballito de mar, leopardo, mariposa monarca, mofeta, cardo, cactus, espina de rosa
Hanlon, 2007: pulpo imitando a una roca
Wikipedia: rana Ranitomeya amazonica, rana Dendrobates tinctorius
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