jueves, 7 de marzo de 2019

Los skrulls de Capitana Marvel y el mimetismo en la naturaleza

Mímica maravillosa

La película de Capitana Marvel, que se estrena mañana 8 de marzo coincidiendo con el Día de la Mujer, es una de las grandes apuestas de Marvel para este año. Para empezar, será la primera película de Marvel protagonizada por una mujer desde que la compañía iniciara su universo cinematográfico en 2008 con la primera entrega de Iron Man. Además, Capitana Marvel promete jugar un papel decisivo en la Guerra del Infinito contra Thanos y, por si fuera poco, abre la puerta a otro gran enemigo del mundo Marvel: los skrulls

Se trata de una raza alienígena con el poder de cambiar de aspecto a voluntad que, durante su guerra con los kree (raza a la que pertenece Ronan, el antagonista principal en la película Guardianes de la Galaxia de 2014), llegan a la Tierra con no muy buenas intenciones. En diversos cómics y series de televisión, los planes de estas criaturas las han llevado a infiltrarse en los Vengadores, sustituyendo poco a poco a los miembros del equipo por skrulls camuflados. Esta trama se conoce como Las Guerras Secretas. ¿Planea Marvel seguir esta línea después de Vengadores: Endgame? En cualquier caso, la capacidad metamórfica de los skrulls resulta terrorífica y no es completamente ficticia. En la entrada de hoy hablamos de criaturas del mundo real que son capaces de hacerse pasar por otras y engañar al más pintado. ¡No dejes que te confundan!


¿Qué es el mimetismo?

Llamamos mimetismo a la habilidad que presentan algunos seres vivos para asemejarse a otra cosa, ya sea un elemento del paisaje, otro animal o incluso confundir la posición de su propio cuerpo. En un sistema mimético existen tres actores implicados: el modelo a imitar, el imitador o mimo y el engañado. Por ejemplo, en el caso de un insecto palo que se camufla entre las ramas de un árbol, el modelo serían las ramas, el imitador, el insecto, y el engañado, los pájaros que normalmente se comen a estos insectos.


Para clasificar esta mímica como efectiva, deben cumplirse tres condiciones: que el engañado perciba las señales de camuflaje que utiliza el imitador (ya sean señales visuales, olfativas, táctiles…), que estas señales sean en efecto engañosas (cambian alguna característica del imitador), y que el engañado “pique el anzuelo” y no se percate de la trampa. Por lo tanto, la capacidad mimética confiere al imitador una ventaja en su modo de vida. En el caso del insecto palo, se trata de una estrategia que lo difumina entre el paisaje para esconderlo de sus depredadores. Esta estrategia también puede suceder a la inversa, es decir, que un depredador se esconda a ojos de sus presas para conseguir acercarse a ellas sin que se den cuenta y poder capturarlas. Este tipo de mimetismo se denomina cripsis.


El insecto palo se confunde entre las ramas igual que el caballito de mar se confunde entre las esponjas y corales. Ocultándose de esta manera evitan ser detectados por sus depredadores.

El estampado del leopardo le permite confundirse con las luces y sombras del follaje de los árboles, igual que esta araña puede pasar inadvertida en una flor blanca. De esa forma pueden mantenerse quietos en sus respectivas posiciones, acechando hasta que una presa incauta está lo suficientemente cerca.

Otro tipo de mimetismo muy conocido, el batesiano, se produce cuando un animal inofensivo simula ser otro peligroso y de esa manera evita ser devorado o asusta a sus depredadores. Este tipo de mimetismo recibe su nombre del naturalista Henry Walter Bates, cuyo hallazgo más famoso se debe al estudio de mariposas del Amazonas que, para evitar ser devoradas por pájaros, presentan los colores de otras especies de mariposas que tienen muy mal sabor o son tóxicas y por tanto no suelen ser depredadas. Otro caso muy conocido es el de la falsa coral, una serpiente inofensiva que presenta los mismos colores que la temible serpiente de coral, aunque en distinto orden.


La falsa coral (Lampropeltis triangulum) y la serpiente de coral (familia Elapidae) se confunden fácilmente si no prestas atención al orden de sus colores.

Más allá del color

Gran parte de la percepción del ser humano proviene de la vista, y por eso los colores y las formas nos parecen los ejemplos de mimetismo más evidentes, pero hay mucho más. Para empezar, es muy común que las flores de las plantas produzcan olores atrayentes para los insectos que les sirven como polinizadores. Algunas imitan olor a “comida”. Por ejemplo, el olor de pequeños ácaros que suelen ser consumidos por moscas o avispas o el caso de las conocidas plantas cadáver de las que ya hablamos en la entrada sobre “moda en la naturaleza”, que producen un olor parecido a heces o materia en descomposición donde suelen alimentarse algunos escarabajos y moscas. También están muy documentados los casos de flores que producen feromonas de la hembra de un insecto para atraer al macho.


Muchas flores, como las orquídeas, usan una mezcla de atractivo visual y olfativo para asemejarse a las hembras de algunos insectos.

Los animales también pueden fingir ser otro mediante su comportamiento. Uno de los ejemplos más conocido es el de las arañas que fingen ser hormigas, colocando su primer par de patas en la cabeza como si se tratasen de piezas bucales o antenas. Esto permite a la araña pasar inadvertida y colarse en una colonia de hormigas, donde, según la especie, puede alimentarse o colocar sus huevos.


Arriba, una hormiga; abajo, una araña. ¿Encuentras las diferencias?

La clave está en el cambio

Los casos de mimetismo que hemos visto hasta ahora son constantes a lo largo de la vida de un individuo. Es decir, el insecto palo siempre parece un palo. Sin embargo, a veces, como en el caso de los alienígenas skrulls, la capacidad de cambiar de aspecto según las circunstancias para mimetizarse puede resultar mucho más útil.



En el reino animal hay muchos casos de animales que cambian su aspecto a lo largo del crecimiento o de manera estacional. Las crías de algunas aves, por ejemplo, tienen un plumaje que facilita su camuflaje durante esta etapa vulnerable de su vida. Por otra parte, en ambientes fríos, muchas aves y mamíferos se vuelven de color blanco en invierno para camuflarse con la nieve.


Imagen de la perdiz nival (Lagopus muta) en invierno y en verano.

Más allá de esto, los casos más sorprendentes son los de los animales que pueden cambiar el color de su piel de manera instantánea. Seguramente estés pensando en el camaleón, que es el ejemplo típico a este respecto, pero no es el más correcto. De hecho, los últimos estudios científicos sugieren que el cambio de color del camaleón parece más asociado a la comunicación con otros camaleones (relaciones de dominancia / sumisión, peleas, cortejo…) que con la función mimética. Es decir, los camaleones son capaces de camuflarse con su medio ambiente para esconderse de los depredadores, pero para ello no muestran un rango extenso de colores ni una gran velocidad para ello. Por el contrario, los cambios de color rápidos y llamativos aparecen asociados a relaciones sociales.




Pulpos: los “skrulls reales”

El grupo de los cefalópodos en general presenta cierta capacidad para el cambio de color, pero entre ellos existen algunas especies de pulpo que pueden cambiar totalmente su aspecto en cuestión de milisegundos. Estos pulpos son capaces de imitar fondos marinos, rocas y una gran variedad de animales de su entorno tanto en color como en forma y son por tanto lo más parecido a los skrulls que existe en el mundo natural.


Observa cómo este pulpo es capaz de camuflarse perfectamente con el entorno y de volver a su aspecto en menos de un segundo.

Los pulpos son capaces de mostrar una gran variedad de imitaciones para diferentes circunstancias. Desde una perspectiva de mimetismo críptico (confundirse con el ambiente), pueden camuflarse con el medio como sucede en la imagen anterior pero también son capaces de imitar el comportamiento de otros animales para moverse a plena vista sin ser detectados por sus depredadores. Si a pesar de todo son detectados por un depredador, pueden imitar un animal peligroso como una serpiente marina para asustar a su enemigo.


En la primera imagen aparece un pulpo con aspecto "normal", en la segunda, un pulpo con la forma y el color de un lenguado y, en la tercera, un lenguado real. De esa manera puede moverse sin ser detectado por sus depredadores.



En el primer par de imágenes aparecen un pulpo imitando la forma de nadar (vista desde arriba) de un pez león y el pez león real. En el segundo par de imágenes el pulpo imita a una serpiente marina. Con estas dos imitaciones de animales peligrosas, el pulpo puede disuadir a sus depredadores de comérselo.

Los pulpos, además, utilizan su capacidad mimética para cazar. Puede, por ejemplo, adoptar el aspecto de un cangrejo, que es inofensivo para los peces que suele cazar el pulpo, y acercarse a las presas sin ser detectado.


Por si fuera poco, se ha comprobado que cada especie de pulpo está especializada en imitar los animales que aparecen en el lugar en el que vive y que son capaces de incorporar nuevos aspectos si cambia de hábitat.

En conclusión, aunque existe una gran variedad de estrategias dentro del mimetismo en el mundo natural, las capacidades observadas en los pulpos, que pueden adoptar una enorme variedad de aspectos de manera casi instantánea, le otorgan por derecho propio el premio al mejor imitador. Tanto es así, que este animal del mundo real llega a rivalizar con los skrulls de Marvel. ¡Recordadlo cuando vayáis a ver Capitana Marvel!



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Fuentes consultadas:

Sobre mimetismo


Sobre camaleones:


Sobre pulpos:




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