Día de la mujer y la niña en la ciencia 2023
La Metamorphosis y sus repercusiones
En
1705, se publicó Metamorphosis Insectorum Surinamensis (“la metamorfosis
de los insectos de Surinam”), un libro de ilustraciones de Maria Sibylla Merian centrado
en las mariposas y polillas de esta región tropical sudamericana, que en aquel
momento era una colonia holandesa. El libro incluía también dibujos de muchos
otros animales como arañas, serpientes o iguanas y plantas.
Los animales de los dibujos de Merian suelen aparecer en posturas naturales, como por ejemplo poniendo sus huevos, comiendo o reposando sobre una hoja, y tienen colores brillantes y realistas ya que tomaba apuntes de animales vivos, a diferencia de otros ilustradores que utilizaban especímenes conservados mediante diversas técnicas. Además, más allá de que el dibujo fuera preciso, para Merian era muy importante mostrar cómo se comportaban los insectos y cómo se relacionaban con su ambiente. Merian también intentó clasificar los animales y plantas que dibujaba y documentó sus nombres indígenas y sus usos tradicionales.
A principios del siglo XVIII, cuando se publicó la Metamorphosis de Merian, los insectos estaban poco estudiados, probablemente por su reputación como animales malignos, y muchas de las ideas que se tenían sobre ellos eran erróneas. Por ejemplo, se creía que los insectos aparecían por generación espontánea, una hipótesis que la Metamorphosis y otros trabajos de Merian ayudaron a refutar ya que mostraba insectos depositando sus huevos y asociaba todos los estadios de crecimiento de un insecto, desde el huevo hasta el adulto, a una especie concreta. Otros científicos habían emparejado ya el aspecto de larvas, pupas y adultos de varias especies, pero Merian documentó multitud de momentos del crecimiento de la manera más completa hasta aquel momento. También documentó diferencias entre machos y hembras y dibujó detalles de los aparatos bucales de diferentes insectos, un rasgo muy utilizado actualmente para la identificación de especies.
Ilustraciones del ciclo vital de dos mariposas, extraídos de obras de Merian anteriores a la Metamorphosis. Fuente: Wikipedia y Wikipedia.
El libro sorprendió mucho en su época por su realismo y belleza, y se cree que influyó enormemente a naturalistas posteriores como Linneo (padre de la nomenclatura binomial que explicamos en otra entrada) y en las ideas evolucionistas desarrolladas por Darwin y otros. Hoy en día, el trabajo de Merian es especialmente apreciado por su aportación ecológica (estudio de las relaciones entre organismos) ya que solía dibujar los insectos junto a las plantas de las que se estaban alimentando y descubrió que algunas especies o estadios de crecimiento eran muy específicos en su alimentación.
Fuente: Wikipedia
Por suerte, la obra de Merian ha experimentado un redescubrimiento en las últimas décadas. Se han reeditado sus libros, se han organizado exposiciones sobre ella, se ha utilizado su nombre para calles y escuelas y sus dibujos se están convirtiendo poco a poco en parte del imaginario popular.
Mujer y naturalista en el siglo XVII: una extraña combinación
Maria
Sibylla Merian nació en Frankfurt en 1647. Su padre murió cuando ella tenía
tres años y su madre volvió a casarse al poco tiempo con un pintor. Este enseñó
a Merian a dibujar. Por otra parte, ya de adolescente, a Merian le gustaba criar
gusanos de seda y comenzó a recolectar insectos del campo.
Merian se casó con un aprendiz de su padrastro y se mudó a Nuremberg, donde él vivía. Allí se dedicó a dar clases de dibujo a mujeres jóvenes y continuó recolectando y dibujando insectos. También tuvo dos hijas, Johanna y Dorothea. Además, Merian entró en una escuela de pintura y grabados y publicó un primer libro de ilustraciones. Se trataba de dibujos florales con una intención decorativa, sobre todo como patrones de bordado, si bien Merian ya incluía frecuentemente insectos en ellas.
Merian publicó su primer libro de ilustraciones de insectos en 1679 (a sus 32 años), que fue seguido por un segundo tomo en 1683. Para ello, tomaba, como hemos dicho, referencias de insectos vivos, tanto en la naturaleza y parques como recolectándolos. Merian observó así su ciclo vital y las plantas junto a las que solían encontrarse. Su arte seguía teniendo una función principalmente decorativa, pero ahora ponía a los insectos en un punto central.
Parece que el matrimonio de Merian no era muy feliz, y quizá esa fue una de las razones para marcharse de Nuremberg. Aunque toda la familia volvió junta a Frankfurt, enseguida Merian decidió mudarse con su madre, que acababa de enviudar. Al poco tiempo, se fue con ella y con sus hijas Johanna y Dorothea a la región de Frisia (Países Bajos), atraídas por el modo de vida de una comunidad religiosa. Allí tuvo la oportunidad de estudiar latín y continuar con sus observaciones de naturaleza. Cuando su madre murió, se mudó con sus hijas a Ámsterdam y también se divorció oficialmente. Continuó pintando y se ganó la vida vendiendo sus pinturas y las de su hija Johanna. Johanna se casó entonces con un mercader que comerciaba con el territorio de Surinam, que recordemos que era por aquel entonces una colonia de Países Bajos. Esta conexión probablemente favoreció su interés por aquel lugar.
En
Países Bajos, Merian tuvo la oportunidad de visitar numerosas colecciones de insectos tropicales,
muchos de ellos sin ningún tipo de identificación o descripción, lo que
despertó enormemente su curiosidad. Esta fascinación fue creciendo y la llevó a
embarcarse hacia Surinam con su hija Dorothea con la idea de pasar cinco años
allí ilustrando insectos. Se dice que financió el viaje vendiendo sus
ilustraciones, pero quizá contara también con ayuda de la Compañía Holandesa de
las Indias Orientales.
Las expediciones científicas no eran aún populares como sí lo fueron un siglo después, y menos para una mujer. Maria Sibylla Merian fue, de hecho, la primera europea que realizó una expedición científica a Sudamérica. Merian relató cómo los hombres de las colonias se burlaron de ella por querer investigar la flora y fauna del lugar, ya que ellos solo estaban interesados en los beneficios comerciales que les reportaba exportar productos cultivados en el trópico, sobre todo, el azúcar.
Una
enfermedad, probablemente malaria, la obligó a regresar a Países Bajos en 1701,
acortando su viaje poco más de dos años. A pesar de ello, los apuntes y bocetos
hechos durante aquella expedición fueron material suficiente para realizar una
gran colección de ilustraciones. Sus colegas se mostraron enormemente sorprendidos
por la obra y la animaron a publicarla. Así, la Metamorfosis de los insectos de
Surinam, apareció en 1705. Sin
embargo, parece que a partir de entonces su salud se volvió más delicada,
llegando a sufrir un grave ictus en 1715 y falleciendo finalmente en 1717.
Mucho más que ilustraciones
La
obra de Maria Sibylla Merian contribuyó enormemente a la entomología y la
clasificación de especies, pero su legado se extiende también a la ecología y al
arte. Es difícil hacerse una idea de su carácter con los documentos que
tenemos, pero probablemente fue una persona fuerte que tuvo valor para
perseguir su sed de conocimiento. Ante todo, Merian es un ejemplo de pasión y
originalidad que nos inspira a mirar el mundo y maravillarnos ante lo que nos
rodea.
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2022: Rachel Carson y la conciencia medioambiental
2021: Helia Bravo y las cactáceas
2020: Margarita Salas y la replicación del ADN
2021: Lynn Margulis y la teoría endosimbiótica
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Fuentes consultadas: