¿Es un
hombre? ¿Es un pez? No, es ¡Aquaman!
La misteriosa
vida de las profundidades marinas nos ha fascinado ya desde los más antiguos
mitos. Sin duda, esta fascinación ejerció una gran influencia en la creación de
Aquaman, que apareció por primera vez en 1941 y llega este viernes a la gran pantalla con una imagen renovada. En esta ocasión, podremos ver cómo el
personaje se convierte en héroe mientras lucha por unir dos mundos: el de los
humanos que viven en tierra firme y el de los atlantes que moran en el fondo de
los océanos. Conocemos bastante bien el mundo de las criaturas terrestres, pero
¿qué sabemos sobre la vida acuática? ¿Cuántos grupos de animales que vivan en el mar podrías
nombrar? Hoy nos adentramos en el mundo subacuático de los atlantes para
conocer la diversidad de vertebrados adaptados a la vida en el agua. ¡Comenzamos la inmersión!
Como pez en el agua
Uno de los
poderes más característicos de Aquaman es su capacidad para comunicarse
telepáticamente con las criaturas marinas y, en cierta medida, controlarlas. En
otras palabras, puede “hablar con los peces”, que seguramente sean los primeros
animales en los que todos pensamos al decir “criaturas marinas”. Aunque tenemos una idea bastante clara de lo que es un “pez” (un animal de vida
acuática, con escamas, que se mueve con aletas y no tiene patas) en realidad se
trata de un término muy impreciso.
Aquaman utiliza su capacidad telepática para comunicarse con todo tipo de criaturas marinas.
De hecho, los
peces no se consideran un grupo biológico (lo que llamaríamos "grupo natural") porque no es posible encontrar un
antecesor que sea común a todos ellos sin que dicho antecesor también esté
emparentado con el resto de grupo de vertebrados. Dicho de manera más
coloquial, el “tatarabuelo” común de todos los peces también es “tatarabuelo”
de los anfibios, los mamíferos y las aves. No existe ningún “tatarabuelo” que
solo tenga “tataranietos” peces.
Esto es un árbol filogenético, es decir, una especie de "árbol genealógico" que refleja los parentescos entre especies. En cada uno de los puntos en que se juntan las ramas del árbol, se encuentra un ancestro ("abuelo"). Como ves, el único ancestro común que comparten los tres grupos de peces ("abuelo" de color azul) también es ancestro de otros grupos de vertebrados.
Los primeros peces
Los vertebrados más antiguos aparecieron en el mar y, aparte de la columna vertebral, su cuerpo era poco más que un cilindro alargado con una pequeña cola al final.
Recreación de un ostracodermo (que significa "piel de concha"), un pez sin mandíbulas extinto a día de hoy.
Los primeros
vertebrados que desarrollaron mandíbulas y se acercan a la imagen tradicional de peces, surgieron en el Silúrico, hace unos 440
millones de años. Se trata de los condrictios o peces cartilaginosos, que tienen un esqueleto
compuesto principalmente por cartílago. Algunos de los peces de este grupo se encuentran extintos o son raros y escasos, pero también entre los condrictios también encontramos a los elasmobranquios, es decir, los tiburones y las manta-rayas.
Los condrictios
cuentan con innovaciones muy relevantes en comparación con los vertebrados más
antiguos a ellos. Por ejemplo, desarrollaron aletas pares, que les permitió un
mejor control del nado, y un recubrimiento de la piel con placas o escamas
rudimentarias.
Los tiburones son unos de los aliados más poderosos de Aquaman, que ha llegado incluso a invocar terribles Megalodones.
Los “verdaderos” peces
Los peces más sofisticados son los osteíctios o peces óseos. Estos sí poseen esqueletos
óseos, “verdaderas” escamas, branquias resguardadas del exterior y, lo más
importante, una vejiga natatoria que les permite controlar la flotabilidad (si
“suben” o “bajan” en el agua). En los octeictios se diferencian dos grupos. El más abundante de ellos es el de los actinopterigios (que significa “aletas radiadas”) y son los que más se aproximan
a nuestra idea general de “pez”. Además, son el grupo más diverso de
vertebrados, con unas 27.000 especies.
Seguramente, la mayoría de los peces que conoces son actinopterigios, como los de esta imagen.
El otro grupo de peces óseos son los sarcopterigios o peces de aletas lobuladas. Se dice que tienen aletas
lobuladas porque en ellas los radios no salen directamente del cuerpo del pez
sino de unos pequeños apéndices carnosos. De esta manera, tienen un cierto
parecido con las extremidades de animales terrestres. De hecho, aquí
encontramos a los dipnoos (que significa "dos respiraciones") o peces pulmonados. Como su nombre indica, los dipnoos poseen pulmones para respirar en vez de branquias. Estos peces suelen vivir en
charcas temporales y, cuando estas se secan en la época cálida, son capaces de
sobrevivir en ambientes embarrados. Se considera que estas fueron las primeras
adaptaciones de los vertebrados a los medios terrestres y posteriormente
influirían en la aparición de los anfibios.
Dipnoo del género Neoceratodus (que significa "diente en forma de cuerno").
No son peces todo lo que
reluce
Siguiendo con
la historia evolutiva, los anfibios colonizaron el medio terrestre durante el
Devónico hace algo menos de 400 millones de años. Así aparecieron los
tetrápodos, es decir, animales con cuatro patas, y a lo largo del tiempo irían
surgiendo los “reptiles” (lo correcto es llamarlos “reptiles no avianos”), aves
y mamíferos que tan bien conocemos. Sin embargo, algunos de estos grupos han
realizado una vuelta al medio acuático, dando lugar a otras muchas especies que
han poblado los océanos.
La diversidad de peces que aparece en este fotograma de Aquaman (2018) es enorme, pero los océanos esconden muchas más criaturas.
Con caparazón y a lo loco
Algunos de los
ejemplos más llamativos de regreso al medio marino se encuentran en el grupo de
los saurópsidos, que engloba los cocodrilos, las tortugas, los lagartos en
general y las aves.
Árbol filogenético simplificado de los saurópsidos en el que aparecen algunos los grupos con animales de vida acuática que mencionaremos más abajo.
Uno de los
vertebrados más antiguos en volver al mar fueron las tortugas. Actualmente
todas las tortugas marinas pertenecen a las familias de los quelonios (Cheloniidae) y los dermoquélidos (Dermochelyidae), aunque existieron muchas
otras que están extintas a día de hoy. Comparadas con sus parientes terrestres,
las patas de las tortugas marinas llaman la atención por su forma de “pala” o
“remo”. Gracias a ello, estos animales pueden propulsarse a grandes velocidades
en el agua. Además, los caparazones de las tortugas marinas suelen ser más aplanados
y alargados ya que esa forma es más hidrodinámica y les permite nadar a mayor
velocidad.
Tortuga verde (Chelonya midas).
Aquellos “lagartos
terribles”
En los tiempos
en que los dinosaurios dominaban la tierra, especialmente durante el periodo
Jurásico, hubo otro grupo de grandes lagartos que conquistó el mar: los
ictiosaurios o “lagartos peces”. Estos animales, que, como las tortugas y los
dinosaurios, también eran saurópsidos, evolucionaron a partir de un lagarto
terrestre que regresó al agua.
Recreación de un ictiosaurio del género Californosaurus.
Los ictiosaurios tenían un
cuerpo en forma de tonel, ensanchado en el centro y alargado hacia la cola, una
forma que recuerda a la de los actuales delfines. Además, poseían cuatro aletas
que eran en realidad una modificación de las cuatro patas de la mayoría de
vertebrados terrestres. Estas características debían hacerlos excelentes
nadadores. Igual que los delfines, aunque de manera más exagerada, también presentaban un hocico alargado y
lleno de dientes, lo que facilita la captura de peces y otras criaturas marinas
como crustáceos.
Fósil de un ictiosaurio.
Durante el Cretácico
los ictiosaurios fueron destronados por los plesiosaurios (“cercanos a los
lagartos”). Los plesiosaurios también tienen como ancestro un reptil terrestre,
como evidencian sus cuatro aletas derivadas de patas, como ocurría en los
ictiosaurios. La estructura del cuerpo, sin embargo, es distinta. Los
plesiosarios tenían un cuerpo más compacto, una cola corta y, en su mayoría, un
cuello muy alargado terminado en una cabeza pequeña. Además, algunas especies de plesiosaurios eran auténticos gigantes de más de quince metros de longitud. Ambos grupos presentan
adaptaciones parecidas para moverse por el agua, pero sus diferencias
específicas debieron determinar que según la época unos fueran más exitosos que
otros, por ejemplo, capturando según qué presas.
Recreación de una especie del género Plesiosaurus.
No podemos
acabar el apartado de los saurópsidos sin mencionar a las aves. Aunque que yo
sepa no existe ningún ave de vida totalmente acuática, la forma hidrodinámica
del cuerpo a modo de cilindro o tonel también puede encontrarse en este grupo.
Hablamos de los pingüinos, que pueden resultar torpes en tierra firme pero son
extremadamente hábiles en el agua.
Pingüino de Humboldt (Sphenicus humboldti).
El extraño caso de los tres
mamíferos
Entre los
mamíferos también han tenido lugar varios regresos al mar, y lo que comúnmente
conocemos como “mamíferos marinos” se divide en realidad en tres grupos que
volvieron al agua de manera independiente. Uno de ellos es el de los
pinnípedos, que en realidad tienen un modo de vida anfibio y pasan largas
temporadas en tierra durante la época reproductiva, aunque su manera de “andar”
puede resultarnos algo cómica. Aquí se incluyen los osos, lobos y leones
marinos (otáridos), las focas (fócidos) y las morsas (odobénidos). Estos
animales tienen extremidades posteriores, que les permiten caminar en
tierra y también impulsarse en el agua. Pertenecen al orden de los carnívoros y por lo tanto están emparentados
con los felinos, los cánidos o los osos.
De todas
formas, los mamíferos marinos más famosos de son probablemente los cetáceos, el
grupo que incluye a las ballenas y los delfines. Sorprendentemente, su pariente
vivo más cercano son los artiodáctilos, el grupo de los ciervos y los cerdos. Entre
los cetáceos encontramos una gran variedad de animales, desde temibles depredadores como las orcas hasta
gigantes filtradores como la ballena azul que se alimentan de plancton.
Portadas de cómics en los que Aquaman se ha servido de la ayuda de cetáceos o ha luchado contra ellos.
Estos animales
tienen un cuerpo alargado pero solo dos aletas en vez de las cuatro que tenían
los ictiosaurios y los plesiosaurios. En este caso, las extremidades
posteriores han desaparecido, aunque en algunos casos se puede encontrar
evidencia de que estuvieron ahí: las ballenas aún conservan los huesos de la
pelvis donde se insertaban las “piernas”, ¡pero no están unidos a ninguna
extremidad!
En los esqueletos de las ballenas puede verse un "resto" de pelvis que, en principio, no cumple ninguna función para el animal. Estos rasgos se denominan "atavismos".
El grupo menos
conocido de mamíferos marinos son los sirenios o vacas marinas, como el manatí.
Los sirenios, igual que los cetáceos, viven todo el tiempo en el agua. Además, tienen
cuerpos muy rechonchos y son herbívoros. Su aspecto por lo demás es muy similar
al de los cetáceos, con dos aletas y sin extremidades posteriores. Estos
animales están emparentados con los damanes y los elefantes.
Siempre nos quedará el mar
Seguramente te
hayas dado cuenta de que la mayoría de animales que hemos mencionado tienen
muchas características en común a pesar de que sus orígenes son muy diferentes.
Han desarrollado aletas, es decir, extremidades aplanadas en forma de “pala” o
“remo” que les permiten propulsarse por el agua. Este movimiento se ve
facilitado porque tienen cuerpos hidrodinámicos que les permite desplazarse por ella de manera más rápida y con
menor esfuerzo. ¿Cómo es posible?
¿Qué similitudes encuentras entre las formas de estos animales? (Con la excepción del pulpo y la medusa, todos son vertebrados)
Se trata de un fenómeno llamado convergencia evolutiva. Aunque sus ancestros sean diferentes, las especies que comparten un mismo ambiente tienden a desarrollar “soluciones” parecidas que maximicen su eficacia en dicho ambiente. Por eso es posible ver estructuras similares, pero no iguales, entre todos los grupos de vida marina.
En esta imagen promocional de Aquaman (2018) pueden verse tiburones, orcas y tortugas. Todos tienen cuerpos alargados y aletas en forma de "remo" a pesar de pertenecer a grupos de vertebrados muy diferentes.
En conclusión,
Aquaman no solo “habla con los peces”, sino con un montón de criaturas más (y
eso, quedándonos en los vertebrados). ¡A ver cuántos grupos diferentes sois
capaces de identificar cuando veáis la película!
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@biolonita
Fuentes de las imágenes:
Aquaman Movie: cartel del personaje, imagen de Aquaman adulto entre criaturas marinasGamers decide: Aquaman usando la telepatía
Evopuzzles: Ostracodermo
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Pixabay: tiburón, manta, acuario con peces, fósil de ictiosaurio, pingüino, foca, morsa, leones marinos, manatí
Pinterest: Aquaman y tiburón, esqueleto de ballena
Fishes of Australia: dipnoo
Movie paws: Aquaman de niño entre criaturas marinas
Wikipedia: dibujo de ictiosaurio, dibujo de plesiosaurio, dibujo de plesiosaurios cazando, cómic de Aquaman con delfín
Arkive: tortuga verde
Aquaman wiki: cómic de Aquaman con orcas
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