La ciudad
grande se come a la pequeña
Ciudades sobre
ruedas. Londres convertido en siete niveles de edificios coronados por la
catedral de Saint Paul, avanzando a unos cien kilómetros por hora a través de
terreno inhóspito. Es el escenario futurista de corte steampunk que nos presenta Mortal engines, la película que se estrena este viernes basada en la novela
homónima de 2001 (que se tradujo como Máquinas mortales). En este mundo, grandes “ciudades depredadoras” recorren un
gigantesco “terreno de caza” en busca de otras más pequeñas para devorarlas. Se
trata de una curiosa extrapolación del concepto de depredación, pero ¿hasta qué
punto es correcta esta analogía? ¿Podrían sobrevivir estas ciudades sobre
ruedas a largo plazo? Lo analizamos en la entrada de hoy.
El darwinismo municipal
Las ciudades de
Máquinas mortales se rigen por lo que
denominan “darwinismo municipal”, un sistema de vida en el que las grandes
metrópolis como Londres capturan otras más pequeñas para hacerse con sus
materiales y recursos. Estas ciudades pequeñas, a su vez, “se alimentan” de
pueblos, también motorizados, que “comen” pueblos más pequeños y así
sucesivamente hasta el eslabón más diminuto y desprotegido: las poblaciones que
se encuentran fijas al suelo.
Aunque a priori se trata de una ingeniosa
reinterpretación de “la supervivencia del más apto” como "la supervivencia del más rápido", en realidad esta dinámica
no tiene mucho que ver con el darwinismo. Las ideas evolucionistas presentadas
por Darwin en El origen de las especies (de las que hablamos hace dos semanas) se centran en los procesos que hacen que
unas especies se transformen en otras. La “lucha por la supervivencia” que Darwin menciona repetidamente se refiere principalmente a la competencia
que se establece entre individuos de la misma especie o entre especies que
explotan recursos similares.
Los individuos de la misma especie, como estas dos gaviotas, a menudo se pelean por recursos (comida, refugio, pareja...). El ganador de estas disputas suele tener más probabilidades de supervivencia y reproducción y, por tanto, de que sus genes sean más abundantes que los de su contrincante en la siguiente generación.
Sin embargo, en
Máquinas mortales nos encontramos con
varios tipos de ciudades que desempeñan papeles bien diferenciados en este “ecosistema municipal”. Por lo tanto, esta
situación poco tiene que ver con la selección natural y se asemeja más bien a
una cadena trófica o cadena alimenticia, en la que existen varios eslabones
entre los que se establecen relaciones de depredación.
La pequeña ciudad Salthook huye de la gigantesca Londres.
La cima de la cadena trófica
Los seres vivos
necesitan materia y energía para sobrevivir. Algunos son capaces de generar su
propio alimento a partir de nutrientes del ambiente (autótrofos), mientras que
el resto necesitan consumir otros organismos (heterótrofos). En los ecosistemas
terrestres, los autótrofos suelen ser plantas, que son ingeridas por animales
(consumidores primarios) que a su vez sirven de alimento a otros animales
(consumidores secundarios). De esa manera, la energía de todos los eslabones
del sistema procede directa o indirectamente de dichas plantas, que a menudo se
denominan productores primarios.
Si consideramos
que en este proceso existe un único tipo de organismo por cada nivel trófico,
podemos hablar de una cadena trófica. Si añadimos la totalidad de los
organismos del ecosistema, que suelen interaccionar con varias especies,
obtendremos una red trófica en la que el recorrido de la energía no tiene por
qué ser lineal. Según estos esquemas, el sistema presentado por Máquinas mortales sería una cadena
trófica compuesta por varios tipos de ciudad, según su tamaño.
¿Es sostenible el sistema?
Al pasar de
unos eslabones a otros de la cadena alimenticia, se pierde parte de la energía
en forma de calor o de nutrientes no digeridos. Es decir, a medida que
ascendemos en la cadena hay menos energía, y esto suele traducirse en que el
número y biomasa total de depredadores es inferior que el de sus presas y por
supuesto muchísimo más bajo que el de las plantas del ecosistema. Para
simplificar, podemos pensar que un zorro necesita muchos conejos para poder
alimentarse y por tanto es lógico que, habitualmente, haya más conejos que
zorros.
Consideremos esta como una pirámide de números simplificada, en la que el tamaño de cada rectángulo es proporcional al número de individuos que existen de cada especie. Hay muchísimas briznas de hierba, unos cuantos conejos y pocos zorros.
Aunque las
ciudades de Máquinas mortales son
verdaderos “super-organismos” que en cierta medida pueden autoabastecerse de comida y otros productos, está claro que necesitan materiales
de otras ciudades para subsistir. Por lo tanto, debería suceder algo
equivalente a las cadenas alimenticias de los ecosistemas terrestres, es decir,
que existieran muchísimas pequeñas poblaciones inmóviles y pocas mega-ciudades
como Londres.
Airhaven, otra de las mega-ciudades de Máquinas mortales. En este caso, se trata de una ciudad flotante que sirve como puerto y mercado para aviadores de todas partes del mundo.
¿Cuál es el problema de Londres?
En los sistemas
depredador-presa, el número de depredadores que hay en un momento dado depende
del de presas, y viceversa. Imaginemos una situación en la que existen muchas
presas (conejos) y pocos depredadores (zorros). Los zorros podrán cazar muchos
conejos fácilmente, se reproducirán rápidamente y aumentará su población. Sin
embargo, mientras aumenta el número de zorros, y por tanto la demanda de
presas, los conejos serán cada vez más escasos y difíciles de capturar. Los
zorros, entonces, tendrán acceso a menos alimento y su población se irá
reduciendo a la vez que los conejos, que son menos cazados, podrán aumentar.
Esta tendencia continuará hasta volver a la situación inicial en la que hay
muchos conejos y pocos zorros.
Esta oscilación
cíclica entre las poblaciones de depredadores y presas que hemos descrito se
conoce como el modelo Lotka-Volterra, en honor de los matemáticos Alfred Lotka
y Vito Volterra, que propusieron esta mecánica en 1925 y 1926, respectivamente.
Se trata del modelo más sencillo para predecir variaciones en relaciones de
depredación.
Las ciudades de
Máquinas mortales no pueden ser
consideradas como las poblaciones de zorros en las que los animales nacen y
mueren, pero sí se trata de “organismos” que crecen o empequeñecen. Es decir, las ciudades grandes tienden a crecer al capturar otras más pequeñas y también, como sucede en un momento de la historia, pueden agotar su combustible y ser desguazadas por otras pequeñas. Las ciudades pequeñas pueden aumentar su tamaño de esa manera o recogiendo los desperdicios de las ciudades grandes en una especie de proceso de "reciclaje". Además, algunas de ellas extraen materias primas como minerales.
En cualquier caso, para que una ciudad como Londres pudiera mantenerse (y viendo que procede del Londres actual debe haberse mantenido mucho tiempo), sería necesario que de vez en cuando aparecieran nuevas ciudades pequeñas que poder consumir. En última instancia sería necesario que existiesen muchísimas ciudades fijas que aumentaran muy rápido para poder “alimentar” al resto de eslabones de la cadena. Algo que no parece suceder. Aunque el mecanismo de reciclaje y el hecho de que algunas ciudades pequeñas extraigan materias puede disminuir la dependencia de las ciudades fijas, estas son sin duda los primeros eslabones de cadena y los principales "productores primarios" de materia y energía. Sin embargo, no parece que esto ocurra, sino que cada ciudad tiene una categoría de tamaño bastante estanca. Por tanto, era de
esperar que, tal y como ocurre en la trama inicial, Londres esté preocupado por
la escasez de presas y las ciudades grandes desaparezcan. Si hay pocos productores, el sistema no puede soportar durante tanto tiempo unos consumidores tan altos en la cadena alimenticia.
Interior del "estómago" de Londres, donde se despiezan las ciudades que captura.
Estoy
terminando de leer la primera de esta serie de novelas y, personalmente, creo
que estas descomunales ciudades rodantes en la gran pantalla deben ser todo un
espectáculo. Además, considero que Máquinas
Mortales cuenta con personajes carismáticos y una trama emocionante. Sin
embargo, diría que, si bien se trata de una historia entretenida, plantea un
mundo visualmente atractivo pero poco factible.
Fuentes de las imágenes:
Wikipedia: cartel de la película, gráfico depredador-presa
Unsplash: panorámica de Londres
Youtube: Londres en Máquinas mortales, interior de Londres
Pixabay: gaviotas peleando
Mortal Engines Wiki: Salthook huyendo de Londres, Airhaven
Freepik: dibujos de césped, árbol, animales, ciudades, rascacielos, ruedas
Pexels: fotografía de rascacielos
Amazon: portada de la novela
Si te ha gustado esta entrada, ¡sígueme, comenta y comparte!
Fuentes de las imágenes:
Wikipedia: cartel de la película, gráfico depredador-presa
Unsplash: panorámica de Londres
Youtube: Londres en Máquinas mortales, interior de Londres
Pixabay: gaviotas peleando
Mortal Engines Wiki: Salthook huyendo de Londres, Airhaven
Freepik: dibujos de césped, árbol, animales, ciudades, rascacielos, ruedas
Pexels: fotografía de rascacielos
Amazon: portada de la novela
No hay comentarios:
Publicar un comentario