El principal
atractivo de la película Shazam!, que
se estrena hoy, es el humor. Esta atípica historia de superhéroes, basada en un personaje de DC Comics, está protagonizada por Billy Batson, un chaval que
obtiene la capacidad de convertirse en un héroe todopoderoso (y adulto) con solo decir la
palabra mágica “Shazam”. En su forma de superhéroe, Billy no solo puede
disfrutar de poderes como volar, tener superfuerza o lanzar rayos, sino que
además obtiene la libertad de un adulto para salir por ahí a divertirse. Parece
el sueño de todo niño hecho realidad, aunque ser un adulto que se comporta como
un crío puede tener ciertas desventajas. ¿O no? Resulta que en los procesos de
evolución naturales de vez en cuando nos encontramos precisamente con este
fenómeno, es decir, adultos que presentan características infantiles. ¿Cómo es
esto posible? Sigue leyendo porque en la entrada de hoy nos lo vamos a pasar yupi.
El personaje Shazam originariamente se llamaba Capitán Marvel, y la palabra SHAZAM son en realidad las siglas de varios dioses y héroes clásicos.
Las ventajas de ser un crío
La presencia de
características infantiles o juveniles en un individuo adulto se denomina
neotenia. Por lo general, no se utiliza para hablar de individuos aislados sino
de fenómenos que afectan a toda una población o especie. Se trata de un
mecanismo evolutivo que retrasa o evita el desarrollo de características
adultas. De ese modo, algunos rasgos infantiles pueden permanecer presentes durante toda la vida del individuo
aunque llegue a la madurez sexual. Este mecanismo está especialmente bien
estudiado en peces y anfibios, sobre todo en relación al proceso de la
metamorfosis, y parece que está asociado a la producción de hormonas tiroideas,
que promueven la madurez de manera general en todos los grupos de vertebrados.
La neotenia,
como tantos otros procesos evolutivos, se mantiene en un grupo cuando resulta
ventajosa por alguna circunstancia. Por ejemplo, en algunos insectos la edad
adulta conlleva la aparición de alas. Sin embargo, en zonas frías y con poco
alimento, las alas pueden ser desventajosas porque implican un coste energético
extra y provocan que se pierda calor más fácilmente. En estos casos aparecen
especies de insectos que, aunque están relacionadas con otras que tienen alas,
nunca llegan a desarrollarlas.
Las estructuras corporales grandes y finas, como las alas, provocan pérdida de calor, como ya explicamos en la entrada de la semana pasada en relación a las orejas de los elefantes. Para los insectos que viven en ambientes fríos, que necesitan minimizar esta pérdida de calor, pueden ser perjudiciales.
¡Ni que tuvieras cinco años!
Algunos ejemplos
La neotenia
está muy documentada para varias especies de salamandras y, en concreto, el ajolote, que es probablemente el animal más mencionado cuando se habla de neotenia. El ajolote (Ambystoma mexicanum) es un anfibio mejicano que
habitualmente no pasa por el proceso de metamorfosis y alcanza la madurez
sexual conservando muchas particularidades juveniles.
Su rasgo más
característico es la presencia de branquias a lo largo de toda su vida, sin llegar nunca a desarrollar los
pulmones típicos de los anfibios adultos. Por tanto, su modo de vida es
exclusivamente acuático. Parece ser que en esta especie se ha producido una
tendencia evolutiva hacia “la vuelta” a la vida en el agua, por la razón que
sea, y la evolución “se ha valido” del mecanismo neoténico para ello. Dicho sea de paso, como mencionamos en la
entrada sobre Cómo entrenar a tu dragón,
se trata de una especie clasificada como "en peligro crítico de extinción", principalmente por la contaminación del agua y la
degradación de su hábitat.
Observa cómo el ajolote presenta rasgos muy similares a los de los renacuajos de otros anfibios, en vez de parecerse a los animales adultos.
El otro caso
típico que suele mencionarse al respecto de la neotenia es el de los animales
domésticos, y en concreto el perro. Los perros presentan varias diferencias con
los lobos salvajes, y muchas de ellas parecen estar relacionadas con la
neotenia. Es decir, la apariencia de los perros se parece más a la de los
lobeznos que a la de los lobos adultos: ojos grandes, orejas caídas, hocicos
achatados…
Lo más curioso es que esta apariencia va acompañada además de un comportamiento infantil. De manera general, los perros tienden a ser más sumisos y dependientes de su dueño de lo que un lobo adulto sería del líder de su manada. Como comportamientos concretos, podemos mencionar los ladridos frecuentes o el hecho de saludar lamiendo. Ambos son comportamientos habituales en los lobeznos, pero no en los lobos adultos.
Las presiones
selectivas a las que se han sometido los perros están determinadas por las
preferencias de los humanos y son más fáciles de identificar que en el caso del
ajolote. Generalmente, se ha argumentado que los humanos preferimos animales
dóciles y que esta selección de comportamiento ha llevado a los cambios físicos
de manera indirecta. Por el contrario, algunos estudios sugieren que los
humanos, de forma más inconsciente, preferimos los perros con aspecto de cachorro.
Por ejemplo, se ha comprobado que los perros con mayor expresividad del rostro,
un rasgo que también está asociado a las crías, son más elegidos en las
adopciones.
Piensa
lo “mono”, “lindo” y “cuco” que te parece un perro adulto de razas “aniñadas”
como el pomerania o el yorkshire en comparación con otros más similares a los
lobos como los pastores alemanes o los huskies.
Puedes consultar este estudio (en inglés) en el que se relacionó las características infantiles del rostro de los perros, y en especial su expresividad, con la preferencia de la gente a la hora de elegirlos.
Puedes consultar este estudio (en inglés) en el que se relacionó las características infantiles del rostro de los perros, y en especial su expresividad, con la preferencia de la gente a la hora de elegirlos.
En realidad, el
aspecto y el comportamiento infantiles parecen estar íntimamente relacionados y
no es fácil saber si la selección ha sido más fuerte sobre uno u otro o se
trata de una mezcla de ambos.
En esta imagen puedes ver de forma sintética cómo han ido variado las características físicas del rostro del perro desde sus ancestros lobunos. La imagen está modificada a partir del esquema del libro Understanding your dog for dummies ("Entendiendo a tu perro para tontos"), de Stanley Coren y Sara Hodgson. Puedes hojear el libro en google books en este enlace.
Si tienes curiosidad por este tema, además del libro mencionado, puedes echar un ojo a esta web (en inglés), donde vienen explicadas varias características infantiles observadas en diferentes razas de perros. También puedes visitar la entrada del blog sobre comportamiento social y dominancia para saber más sobre el modo de vida de los lobos.
Humanos: el eterno Peter Pan
Y, ¿para qué
irnos tan lejos cuando nuestra propia especie tiene tantos ejemplos de
neotenia? De hecho, se ha sugerido que la neotenia puede ser una de las claves
de nuestra evolución. Desde un punto de vista físico, si comparas a los humanos
con otros primates te darás cuenta fácilmente de que somos más similares a las
crías que a los adultos. Nuestra cabeza redondeada, nuestra cara aplanada,
nuestros brazos cortos… todo nos hace parecer un primate bebé.
A la izquierda, un gorila (género Gorilla) adulto, a la derecha, una cría.
A la izquierda, una cría de bonobo (Pan paniscus). A la derecha, un adulto. Se trata de una de las especies más emparentadas con los humanos.
A la izquierda, una cría de bonobo (Pan paniscus). A la derecha, un adulto. Se trata de una de las especies más emparentadas con los humanos.
En esta familia humana, ¿ves el parecido, tanto de niños como adultos, con las crías de otros primates?
Como sucedía
con los perros, nuestros rasgos van acompañados de un comportamiento infantil.
Esto no significa necesariamente que, como ocurre en Shazam!, seamos inmaduros o irresponsables, sino que tenemos una
enorme capacidad de aprendizaje durante toda nuestra vida. Una de las
características clave del ser humano es, precisamente, que podemos aprender
nuevos procesos, resolver problemas y ser creativos. Y parece que esto, en
parte, está relacionado con las características neoténicas.
En resumen,
podríamos decir que Shazam es un
individuo neoténico porque alcanza la edad adulta (y además de manera
reversible) sin perder las características infantiles, al menos a nivel de
comportamiento. ¿Serán estas características ventajosas, como sucede con el
proceso evolutivo, para derrotar a los poderes malvados a los que sin duda
tendrá que enfrentarse? Habrá que ver la película para salir de dudas.
Si te ha gustado esta entrada, ¡sígueme, comenta y comparte!
@biolonita
Fuentes de las imágenes:
Sensacine: cartel de Shazam
Wikipedia: cómic de Shazam (Capitán Marvel)
Pixabay: metamorfosis de los anfibios, mariposas, renacuajo, ajolote blanco, lobezno, lobo, perro (el que aparece en la imagen con los lobos), mujer y perro, perro pomerania, perro yorkshire, perro pastor alemán, perro husky, bonobo bebé, bonobo adulto, gorilas, familia humana, muñecos y piezas de construcción
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar