martes, 28 de agosto de 2018

Concepto de especie

Tiene oído de lobo, dientes de lobo... pero es un perro



El perro viene del lobo. Es decir, los antepasados de todos los perros fueron, en algún momento, lobos. Como narra la recientemente estrenada película Alpha (2018), hace miles de años (entre19.000 y 32.000 según las últimas investigaciones), algunos lobos experimentaron un proceso de domesticación que fue cambiándolos hasta convertirlos en los perros actuales. Pero, ¿hasta qué punto son diferentes un perro y un lobo? ¿Dirías que son especies distintas?




La especie es la unidad básica de clasificación biológica. Si fueras a clasificar todos los animales que conoces en grupos claramente diferenciables, lo primero que harías sería agrupar a los que, por su aspecto, se parecen. Esto es una clasificación morfológica. A veces, puede resultar muy fácil encontrar características similares que diferencien unos cuantos individuos de otros. Por ejemplo, ¿cómo agruparías estos animales?


Seguramente habrás pensado que el perro y el lobo son parecidos entre sí y diferentes del gato. Lo más lógico sería hacer una Especie 1 que incluyera al lobo y al perro husky, que tienen muchas similitudes (tamaño, forma del cráneo, color del pelaje…) y otra Especie 2 que incluyera solo al gato, que es muy diferente para todas las características anteriores.


Sin embargo, en ocasiones los límites son más difusos. ¿Cómo agruparías en especies los siguientes animales?


Podrías agrupar al lobo y el perro bóxer, que son grandes, y apartar al carlino, que es pequeño. 


También podrías agrupar al bóxer con el carlino por la forma de su hocico y separar al lobo. 


Incluso podrías considerar que cada uno tiene una combinación particular de tamaño y forma del hocico y separarlos en tres especies diferentes.


Por otra parte, como los tres comparten algunas similitudes (estructura ósea, dentadura, olfato, comportamiento…) podrías agrupar a los tres en una misma especie.


¿A qué característica darías prioridad? 

Como ves, la clasificación morfológica puede ser imprecisa y subjetiva. Por ejemplo, el aspecto de animales de una misma especie puede variar mucho en función del género, como sucede con el macho y la hembra del pavo (Meleagris gallopavo) o la edad, como sucede entre las crías y los adultos del pingüino rey (Aptenodytes patagonicus). 



Por otra parte, especies que no tienen ninguna relación de parentesco pueden presentar características parecidas, como sucede con los pangolines (orden Pholidota) y los armadillos (familia Dasypodidae). 


Por eso, actualmente se define una especie como un conjunto de poblaciones cuyos individuos pueden cruzarse entre sí y dar lugar a descendencia fértil. Esta definición es bastante útil y completa porque el hecho de que un conjunto de individuos pueda reproducirse exitosamente implica que su genética y su fisiología son muy similares y que, por tanto, han estado sujetos a las mismas condiciones ecológicas y procesos evolutivos durante mucho tiempo. Además, es relativamente fácil de comprobar mediante observación, sin necesidad de un análisis genético detallado. Esta es la definición más utilizada actualmente, especialmente en zoología.

Como sabemos que los perros y los lobos son capaces de cruzarse y producir perro-lobos que son fértiles podemos concluir que, a pesar de sus diferencias, son una misma especie. De hecho, la figura del perro-lobo es bastante popular en la literatura y el cine, como los memorables Colmillo Blanco (novela de 1906; en la imagen, un fotograma de la adaptación cinematográfica de 1991), o Balto (película de 1995).


Sin embargo, como estos cruzamientos no ocurren de manera habitual y las diferencias entre lobos y perros son notables, el perro se considera una subespecie (Canis lupus familiaris) del lobo (Canis lupus) y se separa además en numerosas razas.


Aun así, nuestra clasificación se enfrenta a algunas limitaciones. Si bien un lobo y un perro (como por ejemplo un husky o un pastor alemán) pueden dar lugar a un perro-lobo, probablemente un lobo no pueda reproducirse con un perro pequeño (como un chihuahua) por restricciones de tamaño.

La realidad es que los seres vivos no son unidades inmutables y a menudo nos encontramos con todo un gradiente entre lo que consideramos una especie y lo que consideramos otra. En cualquier caso, la definición que hemos utilizado es la que a día de hoy se considera más útil y nos permite entender cómo funcionan los procesos biológicos. 

¡Seguramente no vuelvas a mirar a tu perro con los mismos ojos!


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Fuentes de las imágenes:
Shutterstock: pangolin
Rotten tomatoes: Comillo Blanco