martes, 27 de noviembre de 2018

Una opinión personal sobre El origen de las especies


La lectura del más fuerte

El origen de las especies de Charles Darwin, publicado en noviembre de 1859, es sin lugar a dudas una de las obras más influyentes de la Historia de la Biología. Darwin no fue ni mucho menos el primero en hablar de evolución, pero sí que sugirió la idea de la selección natural como el principal mecanismo evolutivo. Sus ideas sentaron la base para toda la investigación posterior en Biología y, unidas a descubrimientos principalmente ligados a la genética, dieron origen a la moderna Teoría Sintética de la Evolución. A pesar de ello, en la actualidad Darwin tiene algunos detractores que aseguran que sus ideas son rígidas o inexactas y de vez en cuando aparece algún debate acerca del tema en la comunidad científica. ¿Fue Darwin un genio o simplemente tuvo suerte por casualidad? ¿Idolatramos de manera excesiva su libro o es, en efecto, una obra maestra? Mi objetivo con la entrada de hoy no es analizar exhaustivamente El origen de las especies ni llegar a una respuesta absoluta sobre su validez, que es algo sobre lo que ya se ha debatido extensamente. Por el contrario, quiero compartir con vosotros mi opinión personal acerca de esta obra fundamental para la Ciencia y la manera en que entendemos el mundo natural.




Pero, ¿quién ha leído realmente El origen de las especies?

Creo que no puede realizarse una crítica sobre un libro que no se ha leído o una película que no se ha visto. Por eso, quiero confesar que no he leído El origen de las especies entero. Esto no quiere decir que la obra sea densa, aburrida o complicada. Por el contrario, me parece un libro muy bien estructurado y fácil de leer ya que, como buen tratado científico, está organizado en capítulos y secciones con títulos muy explicativos. Además, la mayoría de estas secciones son bastante breves, lo que agiliza la lectura.


El problema es que a mí me encanta leer ficción pero el ensayo se me atraganta. Por supuesto, me apasionan las Ciencias y en particular la Biología, y disfruto viendo documentales y leyendo artículos tanto divulgativos como técnicos. Sin embargo, cuando me siento a leer lo que realmente me gusta es la novela, el relato y el cómic. ¿Qué se podía esperar de una superheroína?


En cualquier caso, voy lenta pero segura. Comencé El origen de las especies el año pasado y lo estoy leyendo poco a poco, a ritmo de quizá medio capítulo al mes, pero os aseguro que me está gustando y lo recomiendo como obra de referencia para cualquiera que esté interesado en evolución. Dicho esto, considero que llevo suficiente camino andado (seis de quince capítulos) como para poder juzgar el libro.


¿Cómo se le ocurrió a Darwin la idea de selección natural?

No considero que Darwin fuera un visionario. Desde el siglo XVIII ya habían comenzado a surgir diversas teorías evolucionistas que, en oposición al generalizado fijismo o creacionismo imperante en la época, sostenían que las especies no habían sido creadas tal cual las vemos actualmente sino que provendrían unas de otras. Darwin simplemente observó las evidencias y ató cabos.

Los fósiles como estos Trilobites fueron una de las primeras evidencias del cambio de los organismos a lo largo del tiempo.

Estoy completamente convencido de que las especies no son inmutables y de que las que pertenecen a lo que se llama el mismo género son descendientes directos de alguna otra especie, generalmente extinguida, de la misma manera que las variedades reconocidas de una especie son los descendientes de ésta.
El origen de las especies.
Introducción

Durante su famoso viaje en el Beagle, Darwin tuvo la oportunidad de recabar numerosos datos sobre los organismos que habitan en diferentes lugares del planeta y constató las similitudes y diferencias entre unas y otras especies. Esto le hizo cuestionarse los límites de lo que denominamos especie y variedades, ya que animales teóricamente de la misma especie de zonas lejanas presentan rasgos excesivamente diferentes mientras que especies consideradas diferentes (distintas especies de escarabajos, palomas, etc) pueden de vez en cuando mostrar características parecidas.

Los diferentes picos de los pinzones de las Galápagos (llamados comúnmente pinzones de Darwin) son uno de los más célebres animales observados por Darwin en su viaje y uno de los ejemplos más famosos de evolución.

Hace muchos años, comparando y viendo comparar a otros las aves de las islas -muy próximas entre sí- del Archipiélago de los Galápagos, unas con otras y con las del continente americano, quedé muy sorprendido de lo completamente arbitraria y vaga que es la distinción entre especies y variedades. (…)
Cuando un joven naturalista empieza el estudio de un grupo de organismos completamente desconocido para él, al principio vacila mucho en determinar qué diferencias ha de considerar como específicas y cuáles como de variedad.
El origen de las especies.
Capítulo II. La variación en la naturaleza.

Tras un exhaustivo análisis descriptivo, la conclusión lógica era que deducir que las especies proceden unas de otras. De hecho, con el número de pruebas suficiente, esta idea era “tan evidente” que Alfred Wallace, otro naturalista al que seguramente conocéis, sugirió el mecanismo de selección natural de manera independiente a su colega un par de años antes de la publicación de El origen de las especies.

Este tipo de coincidencia no es infrecuente. Otros ejemplos famosos son el de Newton y Leibniz, que discutieron sobre cuál de ellos había inventado el cálculo infinitesimal antes, o el de Tesla y Edison por sus propuestas de corriente eléctrica. Personalmente creo que, si en un determinado momento histórico se dispone de suficiente información y/o avance técnico, varias personas pueden llegar a la misma solución de un problema simultáneamente. Es decir, opino que si Darwin no hubiera publicado sus ideas, el concepto de selección natural como mecanismo evolutivo hubiera cobrado fuerza igualmente gracias a Wallace o algún otro.




¿Son consistentes las ideas de Darwin?

Como hemos mencionado, Darwin comenzó a desarrollar sus investigaciones a raíz de su viaje en el Beagle. Sin embargo, la mayor parte de las evidencias que presenta en El origen de las especies se deben a otros naturalistas, a los que cita merecidamente, y sobre todo se trata de ejemplos de animales o plantas domésticos. Esto tiene mucho sentido, ya que es relativamente sencillo observar las diferencias que se producen en las especies a lo largo de varias generaciones en animales domésticos como palomas, caballos o bueyes. Además, el cambio en estas especies puede ser relativamente rápido ya que están sometidas a una selección natural por parte del ser humano. Por si fuera poco, Darwin se apoya en la opinión de agricultores, horticultores, ganaderos y criadores expertos, lo que da mucho peso a sus pruebas.

Con ser grandes como lo son las diferencias entre las razas de palomas, estoy plenamente convencido de que la opinión común de los naturalistas es justa, o sea que todas descienden de la paloma silvestre (Columba livia), incluyendo en esta denominación diversas razas geográficas o subespecies que difieren entre sí en puntos muy insignificantes.
El origen de las especies.
Capítulo I. Variación en estado doméstico.



A pesar de ello, basar la mayoría de El origen de las especies en la selección artificial de especies domésticas presenta ciertas limitaciones. Las presiones a las que pueden estar sometidas las especies en la naturaleza son bastante distintas y algunos de los procesos observados en animales domésticos podrían ocurrir de manera diferente. Tal vez por ello Darwin centra su argumentación en que la selección natural es el resultado de una competencia entre los individuos de cada especie y entre las distintas especies, la conocida supervivencia del más fuerte (en realidad, del más apto).

¡Qué lucha debe de haberse efectuado durante largos siglos entre las diferentes especies de árboles esparciendo cada uno sus semillas por millares! ¡Qué guerra entre insectos e insectos, entre insectos, caracoles y otros animales y las aves y mamíferos de presa, esforzándose todos por aumentar, alimentándose todos unos de otros, o de los árboles, sus semillas y pimpollos, o de otras plantas que cubrieron antes el suelo e impidieron así el crecimiento de los árboles! 
El origen de las especies.
Capítulo III. La lucha por la existencia.



En contraste, Wallace da más importancia al clima y la geografía. Estos factores también son mencionados en El origen de las especies, pero tienen menos protagonismo. La explicación podría ser que Wallace viajó más que Darwin y reunió muchos más datos acerca de la distribución de las especies naturales (no en vano se le considera el padre de la biogeografía) y las características físicas de los lugares en que viven. Por tanto, sus ideas son también necesarias para la selección natural como la entendemos hoy en día.




¿Es El origen de las especies la verdad absoluta?

Definitivamente, no. Probablemente ya habréis deducido que, en contra del imaginario popular, Darwin no fue ningún profeta ni se deben tomar sus palabras al pie de la letra. Si bien sentó las bases para las ideas actuales sobre evolución, todavía quedaba mucho para llegar a la moderna Teoría de la Evolución Sintética, que incorpora importantes modificaciones a las ideas de Darwin. Estas puntualizaciones se deben principalmente al ámbito de la genética, que se desarrolló durante el siglo XX.


En cualquier caso, no cabe duda de que esta obra reúne un conjunto consistente de evidencias acerca del funcionamiento de la evolución. De hecho, muchos de los procesos que se mencionan en el libro, comprobados posteriormente en muchas otras especies y concretados con conocimientos modernos sobre matemáticas y genética, siguen siendo enseñándose a día de hoy. En conclusión, El origen de las especies no es perfecto, pero lo considero una obra indispensable en la Historia de la Ciencia.

Para que en una especie se efectúe alguna modificación grande, una variedad ya formada tuvo que variar de nuevo -quizá después de un gran intervalo de tiempo-, o tuvo que presentar diferencias individuales de igual naturaleza que antes, y éstas tuvieron que ser de nuevo conservadas, y así, progresivamente, paso a paso. 
El origen de las especies.
Capítulo IV. La selección natural o la supervivencia de los más aptos.

Famoso dibujo con el que Darwin explica sus ideas sobre cómo unas especies están relacionadas con otras.


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Fuentes de las imágenes:
Biografías resumidas: Darwin, pinzones, Wallace
Unsplash: bola del mundo
Pinterest: esquema de Darwin

miércoles, 21 de noviembre de 2018

Superhéroes inspirados en la naturaleza


Un gran superpoder conlleva una gran ciencia

Los superhéroes tienen algo que nos hace soñar. Pertenecen al género de la ciencia-ficción, pero nos resultan cercanos porque suelen vivir en un mundo similar al nuestro, ocultos bajo identidades secretas que nos recuerdan a nosotros mismos. Estas historias me han acompañado desde que tengo memoria, alimentando mi imaginación hasta el punto de que al crear mi propio álter ego, Biolonita, elegí que fuera una superheroína. Muchos de estos personajes que tanto me fascinan no habrían sido posibles sin la labor del recientemente fallecido Stan Lee, uno de los más prolíficos creadores de cómics de superhéroes, y por eso, como merecido homenaje, quiero dedicarle la entrada de hoy del blog a su obra. Hoy hablamos de algunos de los superhéroes creados por Stan The Man Lee y su relación con las ciencias naturales.

Stan Lee promocionando la película Spiderman 2 (2004)


Cuando se encuentran la ciencia y las historias

La mayoría de los superhéroes obtienen sus poderes de algún experimento científico fallido, o al menos tienen una explicación científica que es creíble dentro del contexto narrativo. Puede que les mordiera una araña radioactiva, que estuvieran expuestos a radiación Gamma o que les inyectaran un suero para crear un súper soldado. En resumen, las ideas de los escritores para crear superpoderes a menudo están basadas en los últimos avances científicos; o, al menos, en los conceptos generales que llegan a la sociedad.

Sin embargo, el poder no es suficiente para hacer que alguien se convierta en un héroe (o un villano). Los superhéroes que realmente nos gustan son los que, además de súper-fuerza o súper-velocidad, tienen una historia interesante y una personalidad carismática. Así, podemos identificarnos con sus problemas cotidianos y sufrir y dudar a su lado cuando se enfrentan a dilemas morales.


Precisamente, se dice que la gran aportación de Stan Lee como guionista de cómics fue humanizar a los superhéroes, que hasta entonces habitualmente se presentaban como seres todopoderosos, muy alejados del día a día de los lectores. El primer título de este estilo fue el primer tomo de Los cuatro fantásticos (1961), que era el último intento de la por entonces hundida editorial Marvel Cómics de responder al éxito que su principal competidora, DC Cómics, estaba cosechando con La liga de la Justicia de América. Esta nueva estrategia funcionó tan bien que logró reflotar Marvel y catapultó la carrera de Stan Lee, que hasta entonces era un escritor frustrado de escaso reconocimiento, a lo más alto del mundo editorial.


Este tándem entre la ciencia y el arte de contar historias permite que la ciencia sea una fuente de inspiración para la ficción y los personajes se conviertan, a grandes rasgos, en un vehículo para transmitir descubrimientos e investigaciones, así como las preocupaciones y esperanzas de la sociedad.

Recopilación moderna de los primeros tomos de Los Cuatro Fantásticos.

Aquí puedes leer algunos de los títulos más emblemáticos creados por Stan Lee (en inglés).

El cromosoma X de los X-Men

Los X-Men o Patrulla X aparecieron por primera vez en 1963, cuando Marvel ya había conseguido un éxito notable con personajes como Hulk o Spiderman, y fueron el resultado de la habitual colaboración entre Stan Lee y el dibujante Jack Kirby. Si bien se dice que la X de los X-Men hace alusión a MalcomX, un famoso activista afroamericano, o a lo eXtraordinario o eXtraño de sus poderes, también es un símbolo muy potente porque puede relacionarse con el cromosoma X, implicado en la herencia genética ligada al sexo.

Portada del primer tomo de los X-Men, en el que se planteó un grupo compuesto por Ángel, Bestia, Cíclope, Jean Grey y el Hombre de Hielo.

Al contrario de lo que sucede con otros superhéroes, los X-Men poseen sus poderes desde su nacimiento ya que estos tienen un componente genético. En los años 60 ya existía un conocimiento general sobre el funcionamiento de la herencia biológica a través de los genes y cómo estos se organizan en cromosomas. El ser humano tiene 46 cromosomas agrupados en parejas. En cada pareja uno de los cromosomas es heredado del padre y el otro, de la madre. Ambos contienen información equivalente (por ejemplo, para el color de los ojos) pero que puede ser diferente (imaginemos que uno de los cromosomas tiene genes para ojos color azul y otro, genes para ojos color marrón).


Esquema del empaquetamiento de la cadena de ADN en cromosomas y estos, a su vez, en la célula.

Una de estas parejas, llamada normalmente “par 23”, es la responsable de determinar el sexo en mamíferos. En esta pareja puede haber cromosomas “grandes” (cromosoma X) o “pequeños” (cromosoma Y). Dos cromosomas X (XX) dan lugar al sexo femenino y uno de cada (XY), al masculino. Además de condicionar el sexo, estos cromosomas contienen información para muchas otras cosas, como el ficticio “gen mutante” que confiere poderes de lo más variado a los X-Men. Las características relacionadas con estos genes , es decir, la herencia ligada al sexo, son relativamente fáciles de detectar y por eso fueron de las primeras en estudiarse en el campo de la herencia genética, gracias a los experimentos de investigadores como Thomas Hunt Morgan, del que ya hablamos en relación a la investigación con moscas en la entrada Animales de Nobel. Es lógico, entonces, que los poderes de los X-Men se justifiquen apoyándose en estos principios biológicos. Además, es una razón excelente para debatir sobre el racismo o la aceptación de uno mismo.
Póster de la película X-Men Apocalipsis (2016), una de las adaptaciones más recientes de este equipo de superhéroes a la gran pantalla.



Puedes explorar más sobre los cómics icónicos de los X-Men aquí.

El diminuto gran poder del Hombre Hormiga

El primer Ant-man u Hombre Hormiga se llamaba Hank Pym y fue creado por Stan Lee, Jack Kirby y Larry Lieber en 1962, si bien desde entonces son varios los personajes que han ostentado este nombre. El cambio de tamaño de un ser humano ya había sido explorado tanto metafóricamente (por ejemplo, en Alicia en el País de la Maravillas, novela de 1864) como en el ámbito de la ciencia-ficción (El increíble hombre menguante, película de 1957), aunque es difícil encontrar un personaje que pueda utilizar esta habilidad a voluntad. A pesar de ello, esto no debió ser lo suficientemente llamativo porque este superhéroe no debe su nombre al poder de encogerse y agrandarse, sino a sus aliadas las hormigas, a las que puede, hasta cierto punto, controlar mediante un casco tecnológicamente avanzado.

Imagen de la película Ant-Man (2015), referente al cambio de tamaño del personaje y su poder sobre las hormigas.


¿Qué tienen las hormigas para mejorar tanto a este superhéroe? Además de que algunas poseen temibles mandíbulas, como comentamos en la entrada sobre depredadores, estos insectos destacan por su eusociabilidad, es decir, su particular estructura social. Las hormigas cooperan con una precisión increíble en la cría de sus larvas, la búsqueda de alimento o la defensa del hormiguero, hasta el punto de llegar a actuar como un único “súper-organismo” o “súper-ordenador” extremadamente organizado para lograr sus objetivos. 

Esto se debe en parte a que la mayoría de hormigas de una colonia son “obreras” clónicas estériles, por lo que defender con su vida a sus hermanas y a las larvas es asegurar la propagación de sus genes. Por no mencionar que, entre las más de 1400 especies descritas de hormigas, existen infalibles rastreadoras, feroces guerreras y eficientes constructoras. Sea como fuere, la posibilidad de que el Hombre Hormiga pueda comandar “ejércitos” de estos increíbles insectos aporta sin duda un valor añadido a sus súper-habilidades.
Versión de un Ant-Man con traje moderno sobre un cómic de estilo clásico.

La oscuridad que rodea a Pantera Negra

Black Panther o Pantera Negra debutó en el tomo número 52 de Los Cuatro Fantásticos, en 1966, de nuevo de la mano de Stan Lee y Jack Kirby, y es el primer superhéroe negro de Marvel Cómics. Tras hacer varias apariciones en colecciones como Capitán América o Los Vengadores, Pantera Negra consiguió su primer tomo como protagonista en 1972, en un especial de la serie Jungle Action (“Acción de la Jungla”), en la que aparecían historias de superhéroes relacionados con esta temática. Esta vez, sus aventuras estuvieron a cargo del guionista Don McGregor y un grupo de varios dibujantes y entintadores.

Portada de la primera aparición de Pantera Negra en la serie de Los Cuatro Fantásticos.

Pantera Negra es T’Challa, el rey del ficticio estado africano de Wakanda. Este personaje no tiene un súper-poder específico, pero posee gran fuerza, agilidad, y habilidad para el combate gracias a un riguroso entrenamiento físico, potenciado por ciertos ritos ancestrales. Además, cuenta con dispositivos de avanzada tecnología desarrollados en Wakanda. En resumen, que se parece más a Batman que a Superman (y perdón por citar ejemplos de DC Comics).

Imagen de la película Black Panther (2018).

A pesar de que sus poderes están poco definidos, identificar al héroe con una pantera tiene un poder simbólico muy potente. La pantera negra en realidad no es una especie, sino el nombre genérico que reciben los grandes felinos que presentan color negro, incluyendo leopardos, jaguares y pumas. Por la ubicación de Wakanda en África, asumiremos que este héroe encarna a un leopardo. Estos animales son tremendos depredadores “armados” con garras, colmillos y una enorme masa muscular. Además, son cazadores de hábitos nocturnos que suelen acechar a su presa y atacarla cuando se encuentra desprevenida. Las panteras negras se asocian al misterio, a la ferocidad y a los peligros ocultos en la noche, por lo que simplemente con el nombre y el aspecto de este superhéroe podemos adivinar fácilmente que se trata de un luchador muy peligroso.



El mortífero equipo de Ojo de Halcón y la Viuda Negra

Tanto Ojo de Halcón como Viuda Negra fueron creados por Stan Lee, Don Rico y Don Heck como súper-villanos para Iron-Man en el ejemplar 57 de Talesof Suspense (“Cuentos de suspense”), publicado en 1964. Los personajes tuvieron éxito y pronto comenzaron sus andanzas por separado en el universo Marvel, llegando a unirse a Los Vengadores y a la organización S.H.I.E.L.D.

Póster de la película Los vengadores. La era de ultrón (2015), en el que aparecen las versiones modernas de Ojo de Halcón y Viuda negra en la esquina inferior izquierda.

Ojo de Halcón se llama en realidad Clint Barton, y aunque no tiene ninguna habilidad sobrehumana es un arquero de puntería legendaria. Como mencionamos en la entrada sobre la depredación (y perdonad que me repita tanto en esta ocasión con las referencias a otras entradas), la vista de las aves rapaces es excepcional gracias a su posición en el cráneo y la cantidad y posición de fotorreceptores en sus ojos. 

Cómic protagonizado por Ojo de Halcón. 

Es por eso que cualquier arquero querría identificarse con estos animales, y especialmente con el halcón peregrino (Falco peregrino), que ha sido utilizado en cetrería desde hace miles de años y se asocia con el combate, la victoria y divinidades como el Horus egipcio.


Viuda Negra, Natasha Romanov, tampoco tiene súper-poderes, pero es una espía rusa con un fuerte entrenamiento en técnicas de combate. La viuda negra real (Lacrodectusmactans) es una araña que, si bien posee un fuerte veneno, no es especialmente violenta. A pesar de todo, es muy popular porque, como otras tantas arañas, suele devora al macho después de la cópula


Su nombre también se utiliza para referirse a un tipo de personaje femenino, también llamado femme fatale, que utiliza el atractivo y la seducción para conseguir sus malvados fines. Una villana concebida con este nombre no puede menos que tratarse de una mujer despampanante con grandes habilidades para el combate que no dudará en enredar a cualquiera en sus redes, traicionar y asesinar con tal de lograr su objetivo. Sin duda, un nombre muy potente para un personaje.

 Dibujo de la Viuda Negra en la portada de un capítulo de cómic.

Tu amigo y vecino Spiderman

Terminamos por todo lo alto con el que probablemente sea la mayor creación de Stan Lee, y mi superhéroe favorito de todos los tiempos: Spiderman. Fruto de la colaboración entre Stan Lee y Steve Ditko, apareció por primera vez en 1962, en el número 15 de Amazing Fantasy (“Fantasía asombrosa”), pero pronto consiguió su propia colección.

Primera aparición de Spiderman.

La identidad secreta de Spiderman, Peter Parker, es el máximo exponente de la humanización de personajes que caracteriza a Stan Lee. Se trata de un joven estudiante que en su vida cotidiana tiene que lidiar con la falta de auto-confianza, las clases, los matones, los primeros amores y los aprietos económicos. Se considera también que Spiderman es una ruptura con los roles clásicos de los superhéroes porque hasta ese momento los adolescentes no tenían un papel protagonista, sino que aparecían como compañeros o aprendices de un héroe principal, adulto maduro y más seguro de sí mismo.

Esto hace que Peter Parker sea un personaje muy carismático con el que nos identificamos fácilmente. Además, su historia comienza con la trágica pérdida de su tío Ben, de la que se siente en parte responsable por un mal uso de sus poderes, estableciendo así en Spiderman una fuerte moral que le permite distinguir entre el bien y el mal.

Una versión moderna de Peter Parker guardando el traje de Spiderman en su mochila escolar.

A diferencia del fuerte simbolismo de la Viuda Negra, Spiderman representa una araña común. Aunque gracias a la picadura de una araña radioactiva Peter obtuvo increíbles poderes como reflejos aumentados, superfuerza, súper-agilidad y la capacidad de trepar por los muros, los valores que nos transmite son los de una criatura pequeña que decide enfrentarse a injusticias que, en principio, le superan. 


De hecho, una de las principales características del diseño de Spiderman es que, si bien es todo fibra, no aparece súper-musculado como la mayoría de superhéroes. La temática del pequeño contra el grande, o “David contra Goliat”, se ve además reflejada en muchos de sus enemigos, que representan animales enormes y/o temibles como Rhino, el Buitre, el Lagarto, el Doctor Octopus o el EscorpiónEste espíritu de superación, unido a su personalidad, es probablemente una de las características que hacen de Spiderman uno de los héroes más memorables de Marvel.

Cómic en el que Spiderman se enfrenta a Rhino.



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Wikipedia: portada Spiderman
Unsplash: Spiderman leyendo

martes, 13 de noviembre de 2018

La nomenclatura binomial


Animales fantásticos y cómo nombrarlos

En el mundo mágico de Harry Potter, Animales fantásticos y dónde encontrarlos es un libro de texto escrito por el famoso magizoólogo Newton Scamander. Este último protagonizó su propia película, de título homónimo, en 2016 y este fin de semana vuelve a la gran pantalla con su segunda parte, Los crímenes de Grindelwald. Newt es un apasionado de los animales mágicos y su mayor deseo es estudiarlos y protegerlos. Lo que las películas no mencionan es que el estudio sistemático de las especies requiere un método de clasificación minucioso. Este método se denomina nomenclatura binomial y fue establecido por Carlos Linneo, un célebre muggle del siglo XVIII, aunque no parece que su propuesta haya calado en el mundo de los magos.




¿Por qué son importantes los nombres?

Una vez establecido qué consideramos una especie y cómo diferenciamos unas especies de otras, es necesario que cada una pueda identificarse con un nombre único y exclusivo que no dé lugar a equivocaciones (inequívoco). Sin embargo, es difícil porque una misma especie suele recibir un nombre distinto en cada lugar.



Tomemos como ejemplo el demiguise (cuyo nombre podría traducirse literalmente como “medio-aspecto” o “medio-disfraz”), un simio procedente del Lejano Oriente con largo pelo blanco y grandes ojos que tiene la capacidad de volverse invisible cuando se siente amenazado, así como de ver el futuro próximo. Lo más probable es que este animal, dependiendo de la región, reciba un nombre diferente. Además de demiguise, podría llamarse disguiser (“el que se disfraza”), demihider (“el que se medio-esconde”), monito vidente, o tarsero fantasma blanco (Nota: los tarseros son el grupo de primates al que probablemente pertenece este animal). A estos nombres se los denomina “nombres comunes” o “vulgares” y no tienen validez científica.


Por descontado, es habitual que el nombre de cada animal varíe muchísimo de un idioma a otro. Por citar otro animal fantástico, el escarbato, un pequeño topo con pico de ornitorrinco y la costumbre de coleccionar objetos brillantes en el bolsillo sin fondo de su tripa, en inglés se llama niffler (algo que no tengo muy claro cómo traducir).  




¿Quién fue Linneo y qué hizo?

Carlos Linneo fue un científico sueco del siglo XVIII. Toda su vida estuvo vinculada al ámbito académico, sobre todo enfocado a las especialidades de medicina y botánica. A lo largo de su vida, recorrió varias universidades, llegando a ser Rector de la Universidad de Upsala, en su Suecia natal, y encabezó multitud de expediciones científicas a lugares recónditos como Laponia.

Su obra más célebre es Systema naturae, publicada en 1735, en la que propone la clasificación de los seres vivos (y también la materia mineral) en varias categorías y subcategorías. La mínima unidad de clasificación es la especie. Las especies se agrupan en géneros, que a su vez forman órdenes, que forman clases, que forman reinos. Las categoríastaxonómicas actuales (referidas a los taxones o grupos en los que clasificamos a los seres vivos) se basan en la propuesta de Linneo.


Más allá de eso, otra gran aportación de Linneo fue la nomenclatura binomial, es decir, establecer que cada especie debía nombrarse de manera inequívoca mediante dos palabras que la identificasen y diferenciasen sin lugar a duda. El nombre binomial es lo que llamamos el “nombre científico” de una especie. Aunque Linneo no fue el primero en proponer este sistema, fue quien lo sistematizó y popularizó.


 ¿Cómo funciona la nomenclatura binomial?

La nomenclatura binomial establece que cada especie se define por dos palabras, que podríamos considerar su “nombre” y “apellido”. Estas palabras están en latín, que era el idioma científico internacional por excelencia en la época de Linneo, y suelen hacer referencia a alguna característica de la especie. 

La primera palabra indica el género al que pertenece la especie. Sería el “apellido” que comparten todas las especies de ese género. Recordemos que un género no es más que una manera de agrupar varias especies que están muy emparentadas entre sí, es decir, especies que descienden de un mismo “abuelo” más o menos reciente, evolutivamente hablando, y son “primas” cercanas.  

Consideremos que el demiguise pertenece al género Tarsius, un grupo de primates que comúnmente se llaman tarseros o tarsios. Su nombre se debe a que una de sus características más llamativas son sus largos huesos de pies (tarsos) y manos (metatarsos). Estos animales son unos pequeños primates de cola larga que viven en los árboles de las zonas tropicales del Sudeste Asiático, tienen hábitos nocturnos y son muy esquivos. Este comportamiento, unido a sus grandes ojos, ha llevado a que en muchos lugares se los considere fantasmas o demonios, como ocurría en Europa con las lechuzas. También encaja con el hecho de que J. K. Rowling y el equipo de Animales fantásticos retratasen al demiguise como una criatura huidiza y mística capaz de desaparecer a voluntad.

Tarsius tarsier, demiguise y Tarsius syrichta

En cualquier caso, las doce especies de tarsios que componen este género comparten la palabra Tarsius como la primera de su nombre científico, por lo que sería lógico que el nombre del demiguise también comenzase por Tarsius.

La segunda palabra, el “nombre” propiamente dicho, es la que define realmente a la especie y se denomina epíteto específico o nombre específico. Esta palabra suele ser un adjetivo que indica alguna característica peculiar de la especie, como su color, forma, lugar de procedencia o incluso su descubridor. Así, el Tarsius fuscus se llama así por su color marrón y el Tarsius pelengensis, porque vive en la isla de Peleng. Para el demiguise, lo lógico sería buscar un nombre que destaque su característica mágica más increíble: la de desaparecer. Por eso podríamos llamarlo Tarsius invisibilia (“tarsio invisible”).



Más ejemplos de animales fantásticos

El escarbato o niffler seguramente pertenezca al género Talpa, es decir, al género de los topos, que como sabemos son mamíferos excavadores que suelen vivir bajo tierra y están distribuidos por toda Eurasia. Dado que el escarbato es un topo mágico que solo se encuentra en la isla de Gran Bretaña, su epíteto específico podría hacer referencia a su lugar de procedencia, es decir, Talpa anglicanus (“topo inglés”).



Otra de las criaturas mágicas que podemos encontrar en la sorprendentemente grande maleta de viaje de Newt es el nundu, un felino gigantesco similar a un leopardo y originario del este de África. El nundu está considerado el animal más peligroso del mundo mágico por su ferocidad y su aliento tóxico. Además, en las películas de Animales fantásticos, el nundu puede hinchar la zona de alrededor de su cuerpo como si de la melena de un león se tratase cuando está enfadado o trata de intimidar a otro animal. Tanto el león (Panthera leo) como el leopardo (Panthera pardus) pertenecen al mismo género, por lo que es lógico pensar que este sea también el del nundu. Lo más lógico es que el nombre científico del nundu estuviera relacionado con su mortal aliento, por lo que podría denominarse Panthera foetidus (“pantera” o, en términos generales, “animal de presa”, “fétida” o “maloliente”).



No podíamos acabar la entrada sin hablar del Bowtruckle (cuyo nombre significa algo así como “reverencia dócil” o “siervo en forma de arco”, aunque también podría ser un juego de palabras con el término trunk, “tronco”). Este pequeño guardián de los árboles que Newt suele llevar en el hombro o en el bolsillo es probablemente la criatura más desconcertante en cuanto a clasificación. Tiene el aspecto de una pequeña rama o brote y parece más una planta que un animal



Sin embargo, como la película se titula Animales fantásticos, interpretaremos que se trata en efecto de un animal y, en ese caso, podemos identificarlo con un insecto palo, insecto hoja o insecto corteza. Estos insectos reciben el nombre de fásmidos (que procede del término griego para “fantasma” o “espectro”). En Europa hay algo más de quince especies de fásmidos, todas en la región mediterránea, lo cual resulta desconcertante dado que el Bowtruckle habita en el norte del continente. Teniendo en cuenta estas notables diferencias, en el caso de esta criatura que protege los árboles parece apropiado crear un nuevo género al que podríamos llamar Custos (“guardián”) que solo tendría una especie, el Bowtruckle. Para completar la definición sería adecuado decir Custos silvaticum (“guardián salvaje” o “guardián de los bosques”).



¿Qué os parecen las sugerencias? ¿Se os ocurre alguna otra propuesta de nombre científico para las criaturas de Animales fantásticos?

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Nota: No sé latín, así que pido disculpas si alguno de los nombres que he inventado para los animales no son correctos gramaticalmente. He escrito estas palabras por similitud a algunos nombres científicos conocidos y con la ayuda del traductor de Google.


Fuentes de las imágenes:
Paytm entertainment (via Warner Bros): demiguise 2
eCartelera: escarbato 2