domingo, 16 de junio de 2019

Fénix oscura y los “parásitos zombie”

Parásito y a mucha honra

Me encantan los X-Men. No solo son un enorme y variopinto grupo de superhéroes con poderes alucinantes, sino que además sus personajes son profundamente humanos y sus historias conmueven. Después de una extensa saga cinematográfica de más de diez películas, llega Fénix oscura, la culminación de las últimas aventuras de la renovada Patrulla X. En esta ocasión, volveremos a escuchar la historia de cómo la telépata Jean Grey entra en contacto con una fuerza misteriosa que despierta su lado más violento y desata sus poderes. Y sí, como suele ocurrir, tenemos un fenómeno similar en la naturaleza que llenará de pavor a algunos. Se trata de un tipo especial de parásitos que convierten a su huésped en una auténtica marioneta a sus órdenes. Preparad vuestros mejores trucos mentales y afilad vuestras garras de adamantium, porque ¡hoy os enfrentáis a los “parásitos zombies”!
¡Me encantan los X-men! De hecho, ya hemos hablado varias veces de los X-men en el blog, en la entrada sobre superhéroes de Stan Lee inspirados en la naturaleza y en la entrada sobre los científicos en el cine.


¿Qué es un parásito?

En una relación de parasitismo, se produce una interacción entre dos organismos en la que uno de ellos obtiene un beneficio y otro, un perjuicio

Como explicamos en la entrada sobre Venom, de todas las interacciones posibles entre dos organismos, en el caso del parasitismo uno de ellos obtiene algo positivo y el otro, algo negativo.

Estas relaciones no siempre son constantes y permanentes pero a grandes rasgos es fácil identificar un parásito. Por lo general, se trata de un organismo que depende de otro, un huésped del que sustrae recursos, para su supervivencia. Los ejemplos más típicos son los mosquitos o los piojos.


Algunos de estos parásitos son mucho más estrictos (los llamados “parásitos obligados”) y llegan al punto de vivir por completo en el interior de su huésped, siendo incapaces de sobrevivir sin él. Es el caso de la conocida tenia. Con frecuencia, este modo de vida parásito permite a estas criaturas el lujo de carecer de algunas estructuras. Por ejemplo, la tenia no posee un aparato digestivo complejo ya que toma el alimento parcialmente digerido de su huésped.


La estrategia parásita ha aparecido en múltiples ocasiones y diversos grupos a lo largo de la historia evolutiva. Aunque probablemente los parásitos más estudiados sean artrópodos, también podemos encontrar numerosos ejemplos de parásitos en vertebrados, plantas y diversos grupos unicelulares.

El muérdago, del que hablamos en la entrada sobre Panorámix y las plantas medicinales, es una planta parásita que crece sobre otros árboles, inyectando sus raíces en las ramas de estos para aprovecharse de sus recursos.


¿Qué es un “parásito zombie”?

Los parásitos, especialmente los más estrictos, necesitan desesperadamente encontrar un huésped adecuado para crecer y reproducirse. Tanto es así, que algunos han llegado al extremo de manipular a su huésped para que haga ciertas cosas que al parásito le resultan propicias. De modo técnico se los denomina “parásitos alteradores del comportamiento” y, como podéis imaginar, su curioso modo de vida ha atraído una gran atención en los últimos tiempos.


Obviamente, un huésped suele exhibir siempre un cierto cambio de comportamiento, o al menos una sintomatología concreta, cuando carga con un parásito. Sin embargo, los “parásitos zombie” van un paso más allá ya que son capaces de alterar el funcionamiento normal del sistema nervioso y / o cerebral del huésped, cambiando su percepción en lo referente a ciertos estímulos. Casi como la fuerza fénix de los X-Men, que hace que Jean Grey se vuelva mucho más irascible.



En muchas ocasiones, este cambio de comportamiento sucede en un “huésped intermedio” que el parásito necesita para alcanzar a otro “huésped final” que habitualmente se alimenta del intermedio. Los cambios en el comportamiento del huésped intermedio harán que sea más fácilmente detectado por su depredador y por tanto facilitará que el parásito llegue hasta él.




La Patrulla X de los parásitos

El Profesor Toxovier

Uno de los parásitos zombie más conocidos es Toxoplasma gondii, un protozoo (organismo unicelular con estructura de célula animal) que puede modificar los pensamientos como si se tratase de un telépata sacado de los cómics

 Este protozoo puede cambiar la manera en que su víctima percibe algunos estímulos del medio, casi como el Profesor Xavier (James McAvoy en una imagen promocional de X Men: Apocalipsis). 

Esta célula se encuentra habitualmente en el suelo y la vegetación y por tanto es fácilmente ingerida por pequeños herbívoros como el ratón. Una vez en el interior del ratón, este parásito ataca una parte concreta de su sistema nervioso y es capaz de “bloquear” un comportamiento concreto. El roedor, que normalmente siente miedo al percibir el olor de un gato, pasa a sentirse atraído por él. De esta manera, es más probable que un gato lo encuentre y se lo coma, y será en el interior del estómago del gato donde el parásito se reproduzca. Las nuevas células saldrán de nuevo al exterior con las heces y aguardarán a una nueva víctima.


Artículo muy interesante sobre las bases de actuación de este parásito en la revista PNAS (en inglés), una de las más prestigiosas publicaciones científicas por Vyas y colaboradores en 2006. 

El misterioso cambio de las hormigas

Un caso similar es el de Myrmeconema neotropicum, un nemátodo (los llamados gusanos cilíndricos) que se reproduce en el interior de ciertas aves. Para llegar a ellas, utiliza como intermediarias a las hormigas, y no solo les hace cambiar su comportamiento sino también su color. En este caso, el parásito infecta el abdomen de las hormigas, volviéndolo de un vivo color rojo que simula las bayas que comen habitualmente los pájaros. 


Por si fuera poco, el gusano deposita “arenilla” en el interior de la hormiga, haciéndola más pesada. Los movimientos de la hormiga se vuelven inestables y, en un intento por equilibrarse, el insecto sitúa su abdomen hacia arriba, haciéndolo aún más visible para los pájaros. Una transformación digna de la mismísima Mística.

Este parásito puede hacer que su huésped efectúe un sorprendente cambio físico (que por supuesto beneficia al parásito) al nivel de Mística (Jennifer Lawrence en un fotograma de X Men: Fénix oscura).


El rondador acuático

Si creías que la cosa no podía complicarse más, espera a conocer el caso de Schistocephalus solidus, un cestodo de lo más sofisticado. Se trata de un “gusano en forma de cinta”, que, aunque siga denominándose “gusano”, pertenece a un grupo muy diferente del de nuestro “parásito Mística”. Este parásito de nuevo se reproduce en el interior de un pájaro y sale al exterior mediante sus heces. Estas llegan al mar y son consumidas por pequeños crustáceos, que a su vez sirven de alimento a los peces.
A lo largo de su ciclo vital, este parásito pasa por diversos organismos.

Es en el interior de los peces donde el “rondador acuático” comienza a actuar, sirviéndose de la manipulación para transportarse de uno a otro nivel de la cadena alimenticia. Los peces infectados, que normalmente deberían mantenerse en bancos de peces en las zonas de agua fría, prefieren sin embargo nadar a aguas cálidas, donde habitualmente pescan los pájaros a los que el parásito quiere llegar.

En la imagen superior, el gusano parásito en comparación al pez que estaba infectando (sí, es sorprendentemente grande). Este parásito pasa por diversos organismos a lo largo de su ciclo vital, llegando al nivel del rondador nocturno (Kodi Smit-McPhee en X Men: Apocalipsis) en cuanto a teletransportación. 


En este artículo de la revista Global Change Biology (en inglés), escrito por Macnab y Barber en 2011, además de comentar los aspectos generales del funcionamiento de este parásito, investigan cómo el incremento de temperatura podría afectar a la incidencia de este parásito.

La furia de las mariquitas

A pesar de ser uno de los escarabajos más bonitos a nuestros ojos, las mariquitas se caracterizan en realidad por una ferocidad comparable a la del temible Lobezno. Y muchos insectos lo saben. Entre ellos, la avispa Dinocampus coccinellae, aprovecha esta furia en su beneficio, convirtiendo a la mariquita en su matón particular. 


En este caso, no se utiliza al huésped como intermediario para llegar a otro animal, sino como guardia custodio de las larvas. La avispa pone un huevo en la mariquita, y cuando este eclosiona, consume poco a poco el cuerpo de su huésped. Mientras la mariquita carga con la larva, su violencia aumenta, revolviéndose furiosamente contra cualquier potencial enemigo, y de esa manera protegiendo a su parásito. Se cree que este arranque de ira puede estar relacionado con el veneno de la avispa. De hecho, existen infinidad de avispas que utilizan su veneno para manipular a todo tipo de insectos, desde arañas a hormigas y mariposas, para que cuiden de su progenie.

Arriba, una mariquita unida a la fase larvaria de la avispa. Mientras están unidos, la mariquita se vuelve tan feroz como Lobezno (Hugh Jackman en el cartel promocional de Lobezno Inmortal). Más adelante, el capullo se abrirá liberando a una nueva avispa adulta. En ocasiones, la mariquita puede sobrevivir a su parásito.

Sobre avispas parásitas en general, puedes echar un vistazo a esta publicación de la BBC.

¿Dulces pesadillas? 

Estos son algunos de los casos más estudiados sobre "parásitos zombies", pero con un vistazo rápido por la red podréis encontrar listas con numerosos casos como esta de la BBC (en inglés). Además, el fenómeno resulta tan interesante para los científicos que incluso encontré un monográfico sobre ello en la revista Journal of Experimental Biology. Aunque algunos de estos parásitos pueden resultar macabros y siniestros, mi objetivo principal con esta entrada no era daros pesadillas, sino comentar un sorprendente fenómeno natural. Para mí, lo más increíble de la estrategia del "parásito zombie" es que, aparece en numerosas ocasiones de manera independiente a lo largo de toda la historia evolutiva. Algo que me parece increíble viendo lo complejo que puede llegar a ser el sistema parásito-hospedador/es en muchos casos. Es decir, se trata de una artimaña que puede resultar extremadamente provechosa... ¡hasta para criaturas alienígenas como la fuerza fénix! 




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@biolonita



Fuentes de las imágenes
Freepik: conejo, insecto, zorro
Cómic book: Profesor Xavier
Yanoviak et al. 2008 (The American Naturalist): hormigas
Parasitophilia: Myrmeconema neotropicum
Twitter (Eizaguirre Lab): Schistocephalus solidus
CulturaOcio: rondador nocturno