sábado, 20 de julio de 2019

Estructura social de las manadas de leones


Yo voy a ser rey león

¡¡¡AAAAAAAchiweñaaaa!!! Aunque la mayoría de nosotros nos inventamos la letra de la canción como mejor podemos, la escena es mítica. El sol asoma por el horizonte y asciende en forma de ondas irregulares por un cielo teñido de rojo. A medida que se hace de día, el plano se aleja mientras diversas especies salvajes van haciendo su aparición una tras otra. Hablamos, por supuesto, de El rey león (1994). Se trata de una película por la que nadie en Disney apostaba en un principio pero que acabó convirtiéndose en un éxito nunca antes visto. Todo en la cinta es espectacular: la animación, los protagonistas, la banda sonora… Entre todos estos elementos, quizá uno de los mayores atractivos sea su forma de retratar a los animales de la sabana como personajes amenos y entrañables. Sin embargo, este reflejo no siempre es muy coherente con su modo de vida real. Por eso hoy, aprovechando el nuevo remake de este clásico de la animación, vamos a hablar de la vida de los leones. Preparad vuestro equipo de safari y ¡hakuna matata!



 Somos clan

Los humanos somos animales sociales, y tal vez por eso nos resulta fácil aceptar que el león vive en manada. Automáticamente, lo asociamos a nuestro concepto de “familia” y tratamos de buscar un “papá”, una “mamá” y unos “hijos”. Suerte con ello. En realidad, las manadas de leones tienen una organización bastante diferente. Se trata de un grupo de hembras “dominado” por un macho, o en ocasiones dos.


Ahora estaréis pensando que en El rey león los únicos machos de la manada son Mufasa y Scar, lo cual significa que Nala, por fuerza, debe ser hija de uno de ellos. Por tanto, la entrañable pareja formada por Nala y Simba comparte un vínculo de primos o medio hermanos. En realidad es un secreto a voces que mucha gente ha comentado en blogs y vídeos a lo largo y ancho de internet, así que no creo que os sorprenda.


Yo quiero ir un poco más allá de esta anécdota incestuosa y reflexionar sobre sus implicaciones. Sí, Simba y Nala son familia. Si asumimos que al final de la película Simba se convierte en el nuevo “rey” y hereda así el harén de su padre, las futuras crías de la manada serán medio hermanos, primos y tíos. Como seguramente sabéis, la endogamia conlleva ciertos problemas, y a la larga suele desembocar en individuos débiles y enfermizos. ¿Por qué no sucede esto en la naturaleza?


La respuesta es sencilla: si naces hembra te quedas en la manada, si naces macho, te marchas. Si lo piensas, se trata de una estrategia excelente para reforzar los vínculos de la manada y evitar la endogamia. La manada está formada por hembras que comparten parentesco y vínculos sociales, ya que han crecido juntas. Es una gran familia de madres, hijas, tías, primas y abuelas que están mayoritariamente “predispuestas” a colaborar entre ellas. Los machos se ocupan de copular con ellas, pero habitualmente no comparten con las leonas esta fuerte relación social.


Amor compartido
De manera general, medimos el éxito biológico de un individuo en función del número de descendientes que tiene. Además, dependiendo de cómo sea la estructura social de cada especie animal o su manera de emparejarse a la hora de la reproducción, ser macho o hembra puede marcar una importante diferencia. Es decir, machos y hembras tienen que hacer frente a distintas facilidades y dificultades, estableciendo entre ellos lo que llamamos "competencia sexual". 


En el caso concreto del león, las hembras tienen la ventaja de mantenerse toda la vida en un grupo en el que contarán con un macho para fecundarlas y toda su familia para ayudar en la crianza de los pequeños. Para los machos es un poco más complicado, porque una vez se marchan de la manada en la que crecieron necesitan encontrar una nueva y defenderla frente a otros competidores y frente a cualquier amenaza externa. Mantener la manada bajo control es difícil, y por eso sus "reinados" suelen durar alrededor de un par de años. 

Eso también significa que, si cuando llegan a la manada hay crías es un problema. El macho quiere reproducirse y probablemente no tenga la oportunidad de controlar esa manada durante mucho tiempo, pero las hembras no están en celo. El macho no puede esperar a que las crías crezcan, y ni mucho menos se va a ocupar de proteger a los retonos de otro león. De ese modo, el infanticidio no es un suceso extrano en las manadas de leones. Por supuesto, desde la perspectiva humana no es un suceso agradable, y para las hembras supone una importante pérdida personal y también desde el punto de vista de su éxito biológico. 


Por otra parte, defender la manada es más fácil con algo de ayuda, y por eso es habitual que dos machos compartan el dominio de una manada, como sucede con Mufasa y Scar (aunque parece que este no se come un colín). De hecho, es común que en este caso los machos sean hermanos que abandonaron juntos la manada donde nacieron. Eso ayuda a que entre ellos exista confianza mutua. Además, ambos copulan con todas las hembras. Esto es muy conveniente para las crías, ya que así los machos no saben de quién es cada cría (que a unas malas, si no es hijo de uno de los machos, es su sobrino) y las defenderán a todas por igual. 


Vale la pena destacar, además, que el león en realidad es una excepción entre los felinos. Los tigres o los leopardos, por ejemplo, tienen por lo general un modo de vida solitario y solo se juntan para reproducirse. El sistema de vida del león es muy específico.


Ser o no ser rey león

Por supuesto, El rey león no merece ser criticado por ser inexacto con la vida salvaje. Se trata de una película de ficción, no de un documental. Como seguramente sabrás, parte de su argumento está tomado de la obra Hamlet de William Shakespeare. En ella, Hamlet, el príncipe de Dinamarca huye de su hogar cuando su padre el rey muere en extrañas circunstancias, en realidad asesinado por el tío de Hamlet, como sucede con Scar y Mufasa.


En cualquier caso, el león es un ejemplo perfecto para retratar el clásico con animales. Desde la Antigüedad, el león se ha asociado frecuentemente al coraje y la valentía, tal vez por considerarse un fiero depredador. De ese modo, personajes como Mufasa o Simba encarnan perfectamemte el espíritu de realeza.



Dedico la entrada a mi profesor de Comportamiento Animal, con el que aprendimos tanto de animales tan fascinantes como los leones.




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